Ser una mujer sexualmente activa es maravilloso y gratificante, pero también implica una gran responsabilidad de tu parte para conservarte sana y plena. Aunque parezca increíble, hay mujeres en este siglo que no saben con certeza cuáles son los cuidados que se deben a ellas mismas y que, en ciertos casos, pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte.
Es por ello que hacemos hoy un recuento de las áreas que debes atender de manera habitual y sin pretexto alguno. Toma en cuenta que todos los puntos que siguen son especialidad de los ginecólogos, por lo que si te formas el hábito de asistir a una revisión ginecológica dos veces al año, tendrás cubiertos todos los puntos y el cuidado de tu salud sexual será mucho más sencillo y llevadero.
Es quizá la prueba más conocida en el campo de la salud sexual femenina. Su objetivo es detectar a tiempo el cáncer en el cuello del útero a través de un raspado en esta zona y del análisis posterior de las células extraídas. Muchas mujeres siguen teniendo miedo de este estudio pues creen que les dolerá demasiado y que es sumamente invasivo. La realidad es diferente.
Para realizarte la prueba, el médico introduce en tu vagina un instrumento llamado espéculo; una vez dentro, el doctor abre la punta, pincha el tejido y extrae una pequeñísima porción. El espéculo es pequeño (de menor tamaño que un pene, así que no hay por qué traumarse) y el raspado duele – cuando mucho – como un ligero cólico menstrual; así que no es nada insoportable y puede salvar tu vida. Bien lo vale ¿no?
Uno de los cuidados más importantes y en el que más injerencia tienes: tus senos. Aunque el ginecólogo te hará una exploración mamaria siempre que lo veas, este “estudio” es el único que puedes hacer en tu casa el día y a la hora que quieras, y sólo tú puedes ayudar a tu médico en una detección temprana; es fácil, rápido y no te cuesta nada.
La idea es realizar una inspección tanto visual como táctil de tus mamas con la intención de detectar cambios notables en su forma, textura, tamaño y aspecto. Se recomienda que realices tu autoexploración una vez al mes, después de haber concluido tu regla y, de preferencia, el mismo día cada mes; puedes hacerla al salir de bañarte o recostada y con ayuda de un poco de crema para que tus dedos se deslicen mejor. Ante cualquier cambio o alteración, acude de inmediato al médico.
Es importante que lleves un registro de tu regla y que estés atenta a cualquier situación fuera de lo común: atrasos o adelantos significativos, cambios drásticos del color o ausencia total de tu regla, periodos muy dolorosos, entre otros. Esto puede ser síntoma de problemas subyacentes como quistes en los ovarios (muy comunes) o desórdenes hormonales graves que incluso te impidan quedar embarazada. Así que sé observadora y coméntale todo con detalle a tu ginecólogo(a).
Si no quieres quedar embarazada, evita comenzar a tomar pastillas o aplicarte parches sin consultar previamente a tu médico; generalmente no hay problema, pero lo mejor es que evalúen juntos tus necesidades, historial médico y los costos que representa cada opción, quizá estás gastando miles en pastillas y puedes colocarte un DIU… siempre será mejor que te asesore un experto.
Creemos que es evidente, pero no por ello lo dejaremos pasar: si te enteras de que estás embarazada, lo primero que debes de hacer – después de tirar la prueba de embarazo a la basura – es ir con tu ginecólogo(a). Ya sea que lleves un rato intentándolo y no lo logres, desees continuar con tu embarazo interrumpirlo, nadie mejor que tu médico para decirte los pasos a seguir a partir de ese momento.
Como portal de sexualidad, hemos hablado mucho de las ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) y de cómo prevenirlas; sin embargo, poco se habla aun hoy en día del Virus del Papiloma Humano (VPH), el cual es inofensivo para los hombres portadores pero puede causar cáncer en las mujeres que lo contraigan. Además de protegerte con el método de barrera convencional (condón), es altamente recomendable que te apliques la vacuna.
Recuerda que Ser Kinky no sólo es ser atrevida, sensual, elegante y segura de ti misma. Claro que es todo lo anterior, pero sobre todas las cosas es ser responsable de ti misma y cuidar tu salud para entonces poder disfrutar tu sexualidad al máximo. Nunca sustituyas lo que te pueda decir un médico con algo que veas en internet (ni siquiera en nuestra página), asesórate con las personas adecuadas y ¡Hazte Kiny!
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