Si sufriste una ruptura y andas con el corazón roto, quizá estés harta de escuchar siempre lo mismo; aquí te diremos algunas cosas que realmente te ayudarán
A todos nos han roto el corazón y todos hemos roto un corazón (y si alguna de las dos aún no sucede, seguramente ocurrirá). Es un trago difícil, pero inevitable; en el momento en que nos permitimos ser vulnerables y abrirnos emocionalmente ante otra persona, en ese preciso instante estamos asumiendo el riesgo de salir lastimados; aún así, pocos elegirían no amar con tal de no salir heridos.
En el momento del truene, cuando escuchamos el sonido de nuestro corazón quebrándose, pareciera que todo el mundo se pone de acuerdo para intentar “aligerarnos” el momento y muchas veces, en esos intentos por consolarnos, terminan provocando lo contrario; no lo hacen a propósito, la gente que nos quiere intenta cuidarnos, pero no siempre tienen las herramientas para hacerlo de la manera correcta. Aquí seis ejemplos de eso que todos (o la mayoría) nos dicen:
Ok. Puede ser una buena técnica, pero la verdad es que a veces (sobre todo si te cortaron a ti) cuesta mucho trabajo hacerlo, sobre todo porque no es algo que esté completamente en tus manos. Es normal que te pongas a recordar y a extrañar todos los buenos momentos, es normal que pongas canciones que te lo recuerden y llores desconsolada; no es que seas masoquista, es que estás viviendo tu proceso y estar triste es parte de él, de nada sirve que te digan “no estés triste”.
Recuerda que, psicológicamente, terminar una relación es equivalente a una pérdida, por lo tanto vas a experimentar un duelo (como con la muerte de alguien, con sus debidas proporciones) con todas sus etapas, y una de ellas es la tristeza. En vez de querer evitar la tristeza, piensa que es parte del camino necesario para que sane la herida; además, otra etapa del duelo es la ira, así que también vivirás un periodo en el que recordarás todo lo que te molestaba, no es algo que tú decidas, simplemente irá ocurriendo.
Si lo que quieren es consolar, sería más acertado decir “aunque ahora no lo creas, encontrarás a otra persona que te ame y a la que tú ames”, porque eso de “alguien mejor” no ayuda mucho. De hecho, cuando tienes el corazón roto, eres incapaz de ver las cosas objetivamente, así que en la subjetividad de las emociones todo lo ves amplificado: el susodicho (o susodicha) era el mejor y nunca encontrarás a alguien así. Por supuesto, no es así, pero al principio nada de lo que te digan te convencerá de lo contrario.
Otra de las frases terribles que satanizan la tristeza. ¡Claro que vale la pena que le llores! Es más, ¡es necesario que le llores! La tristeza es una emoción completamente natural y beneficiosa; a través de las lágrimas puedes “purgar” tu cuerpo, tu mente y tu corazón. Así que no le hagas caso a quien te diga “no llores”, más bien, llora todo lo que tengas que llorar pues las emociones reprimidas son muy dañinas tanto mental como físicamente.
Antes de hablar, deberíamos considerar seriamente si creemos que nuestras palabras ayudarán al otro o si solo estamos repitiendo frases hechas. Ejemplo, esto es lo que posiblemente la persona con el corazón roto pensará (o te dirá): “Fue lo mejor”; ¿cómo sabes que fue lo mejor? No hay forma de que lo sepas, ¿eres vidente o cómo afirmas que fue lo mejor? Y respecto al “no te merecía”, volvamos a leer el punto 2.
Primo hermano de “fue lo mejor” pero más hippie. Esta frase no consuela a nadie en un estado emocional alterado; por el contrario, puede ocasionar varias reacciones, desde la desconsolada: “¡Pues claro que pasan por algo, pasan porque la vida es injusta y el amor no existe, por eso pasan!”, hasta la fúrica: “¡Pues si tanto sabes, explícame por qué pasó, a ver, explícame!”. No, ésta es quizá de las frases menos apropiadas para un corazón roto.
Está bien, aquí no tenemos nada que reprochar, tenía que haber al menos una frase adecuada en este listado. Y es que aunque suena a cliché, la realidad es que sí, lo único que necesitas para sanar la herida es tiempo: tiempo para el enojo, para la tristeza, para aislarte del mundo, para considerar y reflexionar; en suma, tiempo para vivir tu duelo como lo merece toda relación significativa en nuestra vida. La aceptación y la tranquilidad llegarán, sólo se necesita de amor (hacia ti misma) y paciencia.
¡Atrévete a vivir todo el espectro de emociones y Hazte Kinky!
Y si quieres consejos para acelerar este proceso, checa esto: Supera a tu ex dentro y fuera de la cama