Hay una canción muy erótica de Andrés Calamaro que dice: “quiero desarmarme en el vaivén de tu cintura, remar sobre tu espalda y naufragarte”. Como él, muchos suelen comparar los movimientos cadenciosos del sexo con la rítmica oscilación de las olas del mar, por eso nos encanta la metáfora marítima del nombre de nuestra posición del mes: el barco de vela. Pero sobre todo nos encanta lo placentera que es para ambas partes, por eso hoy te decimos cómo practicarla y cómo hacerla más Kinky.
Digamos que en esta postura las piernas de la fémina, erguidas y en alto, representarán la vela del barco; mientras que la cadera masculina hará las veces de timón y se encargará de llevar a buen puerto su nave. Está bien, dejémonos de figuras literarias, para hablar claro: la mujer, recostada sobre su espalda, levanta las piernas y las mantiene estiradas y juntas (puede ayudarse cruzando los tobillos) invitando así a su compañero, que llega de frente, a penetrarla mientras le toma los tobillos con las manos.
Puesto que en esta posición el hombre controla el ritmo y la fuerza de las embestidas, es perfecta para aquellos que deseen iniciarse en algún juego de dominación, pero que aún no se animan a entrarle de lleno al BDSM o a un tipo de sexo más duro. Pero, ojo, esto no quiere decir que el trabajo será sólo de él, hay algunas cosas que ella puede hacer para darle más sabor al encuentro. Checa nuestros consejos para volver esta postura todavía más Kinky:
Aunque ésta sea una posición relativamente pasiva para la mujer, aquí te damos un ejemplo de cómo ella puede cooperar y maximizar el placer para ambos. Se trata de que la mujer aplique la técnica completa del perrito vaginal y contraiga sus músculos pubocoxígeos para intensificar el placer de su compañero y prolongar el suyo.
Esto lo puede realizar ella, él o entre los dos. Se trata de que las caderas de la chica suban ya sea al momento de la penetración o posteriormente, durante las embestidas. Puede hacerlo ella sola, pero requiere algo de fuerza en glúteos y piernas, así que si la chica no tiene suficiente fuerza o se cansa, él puede sostenerla de las nalgas (¡pobre, qué sacrificio!) ayudándola así a mantener la postura. Esta elevación de caderas estimula, al igual que el perrito vaginal, los músculos del suelo pélvico por lo que también produce mayor placer para ambos.
Aunque la tradicional “barco de vela” indica que las piernas femeninas se mantienen estiradas y juntas, esta variante les dará un enorme placer visual, ya que podrán verse el rostro y disfrutar los gestos de placer del otro. Ella simplemente tiene que abrir sus piernas hacia los costados hasta donde su flexibilidad se lo permita; dependiendo de qué tanto abra las piernas, él quizá tenga que sostenerla de las pantorrillas en vez de los tobillos, pero disfrutará de un espectáculo sensacional: el torso desnudo de ella y sus senos balanceándose al ritmo que él proponga.
Este punto va dedicado a ellos. Hombres: ¡experimenten con el ritmo! No se trata sólo de entrar y salir, tampoco se dejen guiar sólo por lo que ustedes estén sintiendo; jueguen a que están haciendo un experimento de velocidades: lento, lento, más rápido, luego más lento… observen las reacciones de su chica e identifiquen cómo le gusta más. Además, esto no es sólo por ellas, recuerden que una de las técnicas para aguantar más es, justamente, no acelerarse.
No olviden que en la variedad está el placer, y no nos referimos exactamente a que se sepan de memoria 100 posiciones sexuales, pueden darle variedad a una sola postura con pequeños detalles Kinky; eso, junto con visitas a LoveHotels y muchos otros tips que les damos en Let’s Kinky, los alejará de la rutina y los llevará a gozar ¡con todos sus sentidos!
¡Atrévanse!
¿Quieres fortalecer tus glúteos y piernas para disfrutar más de esta postura? Checa este video: ¡Firmes, ya!