¡No es tan simple como crees! Dar masajes y estimulaciones increíbles a los senos de tu pareja pueden ser grandes detonadores del orgasmo y coadyuvar a una conexión sensorial profunda, pero como todo requiere su técnica.
Aunque parecieran lejos de nuestros genitales, las boobs tienen una profunda relación reflexológica con las reacciones de nuestro útero, aquel maravilloso túnel que se contrae cuando comenzamos a crear la respuesta orgásmica y, claro, cuando entramos en absoluto clímax. Como parte de la respuesta orgásmica, o sea cuando una mujer llega a ese Gran O, la vagina y el útero crean contracciones rítmicas marcando los picos de intensidad a lo largo de esos 7 segundos promedio que estamos en pleno Nirvana.
Y el secreto de las succiones y caricias orales y manuales en los pezones, areolas y todo el cuerpo del seno está en que estos tienen una conexión que envía reflejos hacia el útero. O sea, cuando succionas los pezones de ella, en automático su cerebro produce oxitocina –una neurohormona que nos permite crear apego y nexo- y como efecto también se producen contracciones uterinas. Por ello, muchas mujeres pueden llegar al clímax sólo con la adecuada estimulación de sus lolas, sin que siquiera pongas un dedo en el clítoris.
Ahora, imagina lo que puede suceder si aplicas grandes estrategias amatorias antes y durante la penetración o la estimulación genital. ¡Una bomba!
Así que pon tus manos y lengua a trabajar para dar un integral momento de delicias para ambos.
¡Espectacular!