Explora nuestra posición del mes. Poco conocida y poco practicada, La Medusa los dejará encantados
Seguramente has oído hablar de Medusa, ese monstruo mítico con cabeza de serpientes que convertía en piedra a quien se atreviera a mirarla. Este personaje resume muchas de las características que, históricamente, se le han dado a la mujer: bella pero peligrosa, seductora pero funesta, hechicera, fascinante y capaz incluso de petrificar con su mirada. Nuestra posición sexual de este mes hace alusión a esta figura y, créenos, ¡puede llevarlos al Olimpo!
Pensando en lo anterior, creemos que hay dos motivos por los que nuestra posición sexual del mes se llama precisamente así: La Medusa; uno, porque las piernas de la mujer abrazan al hombre cual si fueran serpientes a su alrededor; dos, porque la postura que se adopta no facilita que la pareja se mire a los ojos, lo cual puede ser muy estimulante para el resto de los sentidos. Sí, es una postura difícil, pero con un poco de práctica y voluntad descubrirán placeres inmensos.
El hombre se coloca en cuclillas y la mujer se para de frente con sus piernas por fuera de las de él; entonces, ella baja como haciendo una sentadilla hasta quedar sentada en él, en ese momento recibe la penetración y el ritmo lo marca el hombre meciéndose hacia delante y hacia atrás. Como verás en la ilustración, la postura original requiere de mucha fuerza y equilibrio, por eso te damos algunos tips y variantes que la harán más sencilla y al alcance de quien sea.
Hagan exactamente lo que describimos arriba, pero con el hombre recargado en una pared; esto evitará que, además de la fuerza, tenga que mantener el equilibrio, y le ayudará a impulsarse a la hora de empezar a mecerse. Otra opción es que, en vez de pared, se sitúen en algún lugar del que él pueda sostenerse con los brazos arriba; esto facilita las cosas pues la mayoría de los hombres tienen más fuerza en brazos que en piernas. ¡Busca un LoveHotel que te permita explorar esta opción!
La idea es la misma pero con menor nivel de dificultad. Lo que tienen que hacer es lo siguiente: el hombre, en vez de estar en cuclillas, se sienta con las piernas cruzadas (como en postura de meditación); la mujer se sienta sobre él pero baja hasta llegar a sostenerse sobre sus espinillas. Para facilitar la penetración él tendrá que elevar su cadera y, una vez adentro, puede volver al piso e iniciar los movimientos de vaivén.
Sobre la misma base del original, pero esta variante es la menos compleja pues ambos estarán sentados sobre un taburete o un sillón otomano (lo importante es que no tenga respaldo y les permita apoyar los pies). Un potro del amor también resulta perfecto para poner en práctica esta variante.
¡No tengan miedo a explorar nuevas posiciones! Ésta en particular estimula maravillosamente el clítoris y, debido a la cercanía de los cuerpos y al roce de la piel, es sumamente placentera para ambos. Decídanse y déjense hechizar por los encantos de La Medusa.
¡Atrévete!
¿Buscas un lugar perfecto para practicar esta nueva postura? Checa esto: Toca, juega y erotízate en el LoveHotel Centra2