En Let’s Kinky sabemos que la sexualidad se trata, primordialmente y sobre todo, de seducción y erotismo. Más allá de penetración, más allá de prácticas sexuales concretas, estamos convencidos de que quien sepa seducir, dominará el mundo del placer. Por eso el día de hoy queremos darte un par de consejos básicos para que explotes tu potencial seductor y empieces a notar que la atracción es siempre cuestión de actitud.
Lo primero que necesitas para dominar el arte de la seducción es un concepto clave: confianza en ti mismo(a). La confianza en uno mismo y la autoestima es algo que se exuda, es imposible no notar tanto a quien la tiene como a quien no la tiene. No importan en absoluto tus características físicas, si te sientes bien contigo eso se proyectará de inmediato en tu actitud, forma de caminar y hablar y hasta en tus feromonas.
Te recomendamos leer: Ser sexy es cuestión de ¿actitud o aptitud?
Otro aspecto básico en aquella persona que sabe seducir es el carisma. Y no nos referimos necesariamente a que tengas que ser chistoso(a). Ser carismático no es sinónimo de ser comediante; se trata más bien de una cualidad que mezcla lo que comúnmente se llama “sangre ligera” con una gran seguridad. Una persona carismática cae bien porque no se presenta como “superior” a los demás, pero al mismo tiempo no tiene miedo de mostrar su inteligencia, talento y personalidad.
Y finalmente, otra cualidad -y quizá la más importante- de los grandes seductores y seductoras es que saben aplazar la satisfacción inmediata. Es decir, no se abalanzan a la primera, saben esperar, son pacientes; esto, en términos prácticos se traduce (tanto en la convivencia como en el sexo) en ir generando el deseo poco a poco, dejarlo crecer y crecer para que, cuando se concrete, sea muchísimo más satisfactorio y placentero.
¿Te atreves? ¡Hazte Kinky!
También te podría interesar: ¡Todos podemos ser Kinky!