Grito indomable
de María Calcaño
Cómo van a verme buena
si me truena
la vida en las venas.
¡Si toda canción
se me enreda como una llamarada!,
y vengo sin Dios
y sin miedo…
¡Si tengo sangre insubordinada!
Y no puedo mostrarme
dócil como una criada,
mientras tenga
un recuerdo de horizonte,
un retazo de cielo
y una cresta de monte!
Ni tú, ni el cielo
ni nada
podrán con mi grito indomable.
Tarde
de María Calcaño
Te miro.
Te miro de cerca:
te escudriño hosca…
La tarde está linda afuera en el monte.
La promesa que traigo
de belleza
se me aprieta a la boca.
Y me dueles.
Tus caricias me arden como tus palabras.
Me dueles.
Por eso vengo de tan lejos
a plantarme en tu alfombra
como gajo henchido.
A sentirme los ojos dolorosos
cuando me suba el oleaje
de tus brazos crespos.
El aire se hastía
los deseos me apresan
yo soy la tarde linda…
Zeta (extracto)
de María Calcaño
Y ahora que nada me dices…
habla de cosas buenas,
alegres, de mentira.
Bésame intensamente…
júrame que me quieres
y descíñeme este peso
de angustia.
Después…
¡Qué importa!
Vendrán otras mujeres
a borrarte mis besos.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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