La polémica vida de Rasputín

18 agosto, 2020 4 mins de lectura
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Es quizá uno de los personajes históricos más controversiales, entre otras cosas por su gran influencia en la dinastía de los Románov y por supuestamente haberlos prácticamente hipnotizado para manejarlos. Pero veamos un poco más de lo que en realidad era este hombre famoso también por su éxito brutal con las mujeres y por haber sido una especie de Jesucristo ruso allá por el siglo XIX.

Grigori Yefímovich Rasputin nació en enero de 1869 en Siberia occidental. Él era un muzhik, es decir, un campesino sin propiedades, un siervo que pertenecía a una clase baja en la sociedad rusa, motivo por el cual también se volvió todo un mito viviente, ya que, proviniendo de un estrato bajo, llegó a dormir en el lugar donde dormían los mismísimos zares y se volvió prácticamente de la familia.

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Huyendo de Siberia y habiendo recibido una especie de iluminación mística, el joven Rasputin se volvió  un strannik, es decir, un peregrino, un mago errante que iba por los caminos practicando la fe, viviendo casi como ermitaño y curando a la gente común, (antes de llegar a la realeza). Así pues, se convirtió en símbolo de la Rusia campesina y también representó el crepúsculo del zarismo.

zarina Alejandra y Rasputín

Con el tiempo ganó fama de que curaba enfermedades incurables y hacía que paralíticos volvieran a caminar (de ahí la comparación con Jesús). Esa fama llegó eventualmente al palacio de los zares en San Petersburgo y la zarina Alejandra lo mandó llamar para curar al príncipe heredero, Alexei Románov, quien padecía de hemofilia. Fue así como empezó su acercamiento con los Románov hasta convertirse en su primer consejero.

Rasputín, las mujeres y el sexo

Al contrario de lo que podría pensarse, Rasputin no era alto, ni fuerte ni guapo, era un hombre de mediana estatura, delgado, siempre con bigote y larga barba. Sin embargo, ejercía un gran poder de atracción con las mujeres, que confiaban en él y caían bajo su “hechizo”. También se dice que frecuentaba oscuras orgías en San Petersburgo, de ahí la mala reputación que algunos le achacan.

Rasputín místico

Lo cierto es que, según testimonios, tenía una mirada de locura muy, muy impresionante. Al parecer conocía el arte de la hipnosis y podía contraer y dilatar sus pupilas a voluntad. Por esta característica de su mirada y por sus hábitos de vida, sus detractores lo consideraron prácticamente un anticristo que se entregaba sin moderación al vino, a la danza y al libertinaje. ¿Cómo, entonces, vivía con tales excesos y predicaba la espiritualidad y la fe al mismo tiempo?

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Efectivamente, la mayoría de las fuentes coinciden en que su sexualidad y su devoción hacia los placeres sensuales eran desbordantes. Pero eso no impedía que él siguiera en su búsqueda espiritual perfectamente cristiana, ya que aplicaba consistentemente una teoría polémica: “Para acercarte a Dios, tienes que pecar mucho; pecar más para arrepentirte más”. Qué conveniente ¿no?

Pacifista declarado (siempre se mantuvo alejado de los conflictos político-bélicos), pero acusado de ser agente del extranjero, Rasputin fue asesinado por una conspiración en la cúspide del Estado en circunstancias aún oscuras. Luego se albergó la leyenda de que su pene (pretendidamente enorme) fue cortado por sus asesinos en 1916 y, posteriormente, fue subastado.

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