Independientemente de si buscas romper con la rutina de tu vida sexual o solo sientes curiosidad por experimentar las delicias del BDSM, te invitamos a conocer un poco más acerca de todo lo que significan estas siglas, pues más allá de ser una práctica sexual sumamente excitante, el BDSM te permite dejar salir tu lado más Kinky mientras haces realidad todas tus fantasías.
Toma nota del siguiente video y haz del BDSM tu mejor aliado. ¡Hazte Kinky!
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B de Bondage: Inmovilizar a una pareja a través de elementos como las famosas cuerdas shibari o un par de esposas, ya sean metálicas o de vinil. También puedes usar elementos cotidianos como un pañuelo, un listón, un cinturón o una corbata.
D de Disciplina: Normas establecidas por parte de uno de los participantes cuyo objetivo es evitar romperlas, en caso de hacerlo, se debe pagar con un castigo establecido por el dominante.
S de Dominación y Sumisión: Intercambio de roles en donde por un lado hay una persona que acata las reglas bajo el papel de sumiso o sometido y una persona dominante que ya sea física o mentalmente controla y dirige la situación a su antojo. De forma física la dominación puede realizarse a través del uso de látigos, fustas, azotes y mordazas, por mencionar algunos, mientras que del lado psicológico la dominación se da a través de la humillación, la manipulación o el miedo.
M de Masoquismo: Aquí como tal no existe un intercambio de jerarquías, ya que el papel dominante lo lleva la persona sadista (a quien le gusta infringir dolor), mientras que la masoquista disfruta de sentir el dolor físico, el cual puede ser generado mediante el uso de cera, cuerdas, toques, entre otros.
– Se materializa la energía sexual de modo que puedes saber qué papel juega cada uno de los participantes, así mismo, te permite saber si disfrutas de ser dominante o sumiso.
– El BDSM supone una intensidad generada por un golpe de placer gracias a la serie de sensaciones que provoca. Resulta ideal para romper con la rutina y disfrutar de una intensa explosión de orgasmos.
Esto se debe a que cuando el cuerpo siente dolor lo que hace es activar las famosas endorfinas que a su vez se encargan de generar placer.
1.- Lo más importante es el consentimiento, ya el BDSM, al igual que todas las prácticas sexuales, debe hacerse de forma libre, segura y consensuada.
2.- Haz una check list o playlist en donde establezcas todo lo que deseas hacer, experimentar o probar a través del BDSM. Toma en cuenta que no siempre las practicas BDSM pueden acabar en sexo pues a veces resulta más excitante seguir jugando con tu pareja a través de la estimulación de sus sentidos que dar paso al coito.
3.- Ten una palabra de seguridad fuera del contexto sexual, por ejemplo, “cuadro o spaguetti”, o alguna otra palabra que se te ocurra de modo que puedas jugar con expresiones como “para” o “ya no más” sin que esto signifique realmente dejar de hacerlo.
4.- Ve poco a poco. Empieza lento y ve subiendo la intensidad conforme te sientas en confianza y seguridad con lo que vas probando y haciendo. Recuerda que el cuerpo y la piel tiene memoria por lo que debes estimularla cuidadosamente para no crear mensajes inversos que disminuyan el placer.
5.- Rompe con la rutina, estimula tus sentidos y crea la atmósfera perfecta. Coloca velas, pon sábanas de satín, o bien, ve a un Love Hotel para cambiar los escenarios. Sal de la cama y haz lo de siempre como nunca.
6.- Tanto los accesorios como los juguetes sexuales son importantes, así que no escatimes en usarlos e incluye una fusta, un látigo, un antifaz, unas esposas, unas pezoneras, una tanga con vibración o un masturbador y pon a volar tu imaginación con su ayuda.
Atrévete a romper con la rutina y goza de experiencias fantásticas con ayuda del BDSM. ¡Dale sentido a tus sentidos y deja de lado los tabúes!
¡Hazte Kinky!
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