En los últimos años, la sociedad se ha abierto cada vez más a visibilizar, considerar y nombrar las orientaciones sexuales en todos sus espectros y con todos sus matices. Esto supone un gran avance, pues contribuye a romper con la idea del binarismo en todos los aspectos de la sexualidad humana: no solo existen hombres y mujeres, no solo está la homosexualidad y la heterosexualidad… somos mucho más complejos que dos extremos.
Así pues, hoy te hablaremos de una orientación sexual que apenas se empieza a visibilizar y que, justamente, es una especie de conciliación de los opuestos: se trata de la grisexualidad. El término se usa para referirse, como su nombre lo indica, a personas que, en cuestión de deseo sexual, no se encuentran ni en el negro ni en el blanco, no son ni muy sexuales ni completamente asexuales.
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En otras palabras, se trata de personas que experimentan una atracción sexual limitada, solo sienten deseo sexual en ocasiones o circunstancias muy particulares o con poca intensidad. Así pues, las personas grisexuales se encuentran en esa “zona gris” entre la asexualidad y la alosexualidad, planteando de forma más evidente que nunca que la diversidad sexual tampoco es binaria, sino que es todo un abanico.
Es muy común y comprensible que, en cuanto se empieza a ampliar el espectro de orientaciones sexuales, surjan confusiones entre unas y otras, pero es importante entender las diferencias. Ya te hemos hablado de la demisexualidad, que es la orientación en la que las personas solo experimentan atracción sexual cuando tienen un vínculo emocional cercano con alguien. Esa es la principal diferencia con la grisexualidad.
Existen dos niveles de atracción que las personas experimentan comúnmente: primaria y secundaria. La primaria tiene que ver con los rasgos físicos, como el aspecto o el olor de una persona; la secundaria se desarrolla con el tiempo y tiene que ver con el aspecto emocional. Entendido así, los demisexuales solo experimentan atracción secundaria, mientras que los grisexuales sí pueden experimentar únicamente la primaria, pero solo en circunstancias selectivas.
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Esto también puede ser algo confuso: ¿cómo sé si soy grisexual o únicamente atravieso un periodo de bajo deseo sexual? En realidad la respuesta no es tan compleja y solo implica que observes tu comportamiento sexual a lo largo de los años: si ves que normalmente (el 70-80% del tiempo) tienes una libido alta, es probable que en este momento estés pasando por un periodo de hiposexualidad (lo cual nos ocurre a todos).
Pero si la estadística es opuesta, si observas que el 70-80% del tiempo no experimentas atracción ni deseo sexual (incluso cuando estás o has estado en pareja), y solo el 20% del tiempo sientes ese impulso, entonces es probable que más bien estés en el espectro de la grisexualidad. Identificar esto es muy importante pues te ayuda a entenderte y, algo también muy importante, puede ayudar a tu pareja (para quien puede ser algo conflictivo) a entenderlo y llegar a acuerdos mutuos.
¡Hazte Kinky!
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