Marc Lagrange fue un fotógrafo nacido en Kinshasa, capital del Congo, en 1957, y fallecido en Tenerife, España Ingeniero de formación, Lagrange se volcó de lleno hacia la fotografía en los ochenta y, a partir de entonces, no paró hasta su muerte en 2015. Frecuentemente se le ha asociado con Helmut Newton y Robert Mapplethorpe por sus exploraciones temáticas: el cuerpo, la moda, el glamour, el desnudo y la feminidad.
Durante su carrera, Lagrange tuvo diversas musas, a las cuales fotografió de manera constante. Una de ellas fue Inge Van Bruystegem, actriz y bailarina que se convirtió en su modelo de rigor, creándose entre ellos una relación parecida a la de muchos directores con sus actores fetiche (como Tim Burton con Johnny Depp o Almodóvar con Penélope Cruz). Lagrange privilegiaba la confianza en el set fotográfico, lo cual lo llevaba a resultados muy naturales y de una intimidad única.
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Además, Lagrange prodigaba un especial cuidado por todos los elementos circundantes a la modelo; cada detalle era importantísimo: el vestuario, el maquillaje, los accesorios, la escenografía, la utilería… todo debía ser perfecto y transmitir tanto lujo y elegancia como sensualidad y erotismo. Esto en particular atrajo la atención de varias marcas de moda y diseño, como la casa Delvaux, famosa por sus exclusivas bolsas de piel.
El trabajo de Lagrange se caracteriza por una suerte de glamour cinematográfico mezclado con el poderoso erotismo y la fuerza de la figura femenina. En su trabajo, le interesa no solo mostrar el cuerpo de sus modelos, sino hacerlo de manera que se cuestionara el rol social que las mujeres habían cumplido en el pasado; así pues, sus modelos no son accesorios, sino protagonistas absolutas, fuertes y activas.
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Lagrange, cual director de cine o de teatro, pone en escena a sus modelos en poses elegantes y teatrales que suelen conducir al espectador hacia los ojos de la(s) modelo(s), cuya mirada penetrante e intensa pareciera cuestionarnos, retarnos y seducirnos al mismo tiempo. La composición de sus fotografías es siempre perfecta, armonizando el erotismo de los cuerpos con el espacio de manera impecable, como si todo perteneciera al mismo universo en ese instante.
A partir del año 2000, la fama de Lagrange despegó y vivió sus últimos años de exposición en exposición. En 2006, expuso en el Museo de la Fotografía de Anvers; en 2012, en Graz, Austria; en Miami se presentó en más de 10 ocasiones; y en 2016, un año después de su muerte, se le dedicó una exposición en la galería La Hune de París. Varios libros también han recopilado su trabajo, dejando constancia de la calidad y atemporalidad de su obra.
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