Ok. Sabemos que eso de “orgasmos abdominales” suena un poco a fraude, pero no lo es. De hecho, no es nada nuevo, es un término que surge en 1953; lo acuña el mítico investigador en sexualidad Alfred Kinsey, quien observa que, a través de determinados ejercicios físicos se podía inducir una sensación muy placentera similar al orgasmo sexual; a esto le llamó “coregasm”, traducido al español como “abdorgasmo”.
Se les llama así, pues este tipo de orgasmos (o, si prefieres, descarga de placer físico) ocurre o puede ocurrir mientras realizas ejercicios ligados a la zona abdominal baja. La doctora Debby Herbenick, especialista en este tipo de entrenamiento físico, asegura que no se sabe a ciencia cierta cómo o por qué ocurren los abdorgasmos, pero es un hecho que muchas personas, en su mayoría mujeres, lo han experimentado.
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Según las investigaciones de Herbenick, los abdorgasmos son una experiencia puramente fisiológica, es decir, que no está ligada a cosas sexuales; de hecho, la mayoría de las personas que afirman haber experimentado un abdorgasmo no estaban pensando en situaciones eróticas antes del hecho. Al parecer es solo una reacción de descarga (como hacer del baño después de contenerte mucho) provocada por la contracción repetida y la fatiga de los músculos abdominales. Ahora sí: ¿cómo lograrlos?
Puesto que es una reacción fisiológica de tipo involuntario, es difícil asegurarte que tendrás uno si sigues estos consejos; realmente lo único que podemos hacer es recomendarte una rutina de ejercicios que involucre los músculos más profundos del abdomen y recomendarte llegar a tu límite; es decir, hacer tantas repeticiones como puedas, pues se ha observado que, mientras más “fatigado” se encuentre el músculo, más probable es que sientas esta descarga de placer.
Los crunches son, quizá, los ejercicios más comunes para el abdomen, y pueden ser muy efectivos si los haces correctamente, es decir, si realmente utilizas los músculos abdominales -y no el cuello o los hombros- para levantar tu torso. Una variante muy efectiva es levantar tu torso y quedarte inmóvil en esa posición hasta que no puedas más.
Recostada boca arriba, sube y baja tus piernas estiradas sin tocar nunca el piso al bajar. Este ejercicio estimula como pocos la parte baja de tu abdomen (el espacio entre pubis y ombligo, que es justamente la zona involucrada en los abdorgasmos. Solo debes cuidar mucho tu espalda para no lastimarte; si notas que empiezas a arquear la espalda al bajar las piernas, es hora de parar.
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Quizá uno de los mejores ejercicios para trabajar toda la zona abdominal hasta en sus músculos más profundos. La clave está en que contraigas tu ombligo y lo “aprietes” como llevándolo hacia tu espalda; esta contracción es constante en los casos que han experimentado abdorgasmos.
Hay muchísimas posiciones de yoga y pilates que requieren que involucres tu abdomen y lo contraigas; de hecho, en cualquier clase profesional de estas disciplinas, el instructor(a) te repetirá que “no sueltes” el abdomen. Este “no soltar” y contraer constantemente puede desencadenar también un abdorgasmo.
¡Atrévete!
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