Cree tener el mismo rostro,
jamás,
cada día será el mismo.
Los visitantes
te visten de color,
te acarician, te bañan en aromas.
Te hieren y te transforman,
te dejan huellas,
te dejan hermosa.
Llegas a ser el límite de la perfección,
pero mañana…
los que te visitan se llevarán tu belleza
para dejarte nuevamente,
en el rostro,
la perfección.
¿Por qué me acaricias desde lejos?
¿Por qué viajas siempre, para una visita de segundos,
que marca?
No me hieras desde lejos,
quiero y prefiero
sentir tus manos mientras muero.
La plataforma de seguridad
que te sostiene
es acariciada cada día.
En cada caricia un puñal.
Los que te acarician
saben en qué parte tocar,
esa parte donde se es débil
el punto… donde se siente mejor.
Cada roce, hiere y transforma.
La plataforma cae.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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