Caballito de mar que se sube a la espuma
al ritmo de la ola y cabalga
encabritándole a uno la piel
(como tú hiciste con la mía anoche)
y, luego
el sabor de los sentidos
imaginando las diferentes maneras
que uno tiene para amarse
y yo, contigo
subiendo, subiendo
por esos laberintos de aguas
mientras el mar, como un inmenso ojo negro
cubría su cara de amante furtivo.
a Jorge
Escucha, que la noche se acerca
y caerá el silencio sobre las palabras
no trates entonces de buscar las voces perdidas
en el tiempo.
Hoy los ecos responden mi llamado
que el viento te lleva
y tú no escuchas.
Abre las cercas del mar y deja que las olas cabalguen libres
sobre mi cuerpo
No hay vestiduras ni encajes ni nada que lo cubra
Estoy desnuda como siempre
con las edades perdidas y los senos desnudos
que los sueños tendieron hacia tus manos.
Ellas recorrieron las tinieblas del día
Ellas fueron las luces encendidas tras tu ausencia
Ellas fueron la metáfora que recorrió mi piel.
No tengas miedo de recoger los pedazos vacíos
de la nostalgia
Y no hables de mujeres con velos en el rostro
ni de iglesias ni ángeles.
Enciendo lámparas bajo la lluvia y las veo partir.
Yo tuve que darle vida a un recuerdo para poder vivir.
DAME UN POCO DE MAR
Dame un poco de mar
mientras me voy desdibujando
como esas acuarelas
a quien la lluvia cae.
Entonces soy
el puerto que se pierde
cuando los barcos se alejan de las costas
un rostro triste amurallado y gris como las tardes
que se van ocultando entre la noche.
el que guarda escondido tu mirada
y reposa en las esquinas de tus labios.
Dame un poco de mar
porque tu mar es dulce
y puedo sostenerlo entre mis brazos
abrir las rutas y encender los faros
que la vida no espera
y ella también se va.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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