Quitaos vuestras ropas,
desatad vuestras cabelleras;
quedaos como llegasteis aquí sobre el mundo,
virgenes, mujeres mozas.
Oye bien hija mía, niña mía:
no es un lugar agradable la tierra…
Pero para que no estemos
viviendo en lloros por siempre,
para que no fenezcamos de tristeza los hombres,
él, Nuestro Señor,
se dignó a darnos la risa, el sueño y
nuestro sustento, nuestra fuerza,
nuestro brío.
Y esto más: lo terrenal, el sexo,
para que sea la reproducción.
Todo esto embriaga la vida sobre la tierra
para que nadie ande llorando.
Yo te vine a dar placer, florida vulva mía
paladarcito inferior mío.
Tengo gran deseo del Rey Axayacatito.
Mira por favor mis cantaritos floridos,
Mira por favor mis cantaritos floridos:
¡son mis pechos!
Fuente: masdemx.com
¡Dale sentido a tus sentidos!
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