Territorios
Tu cuerpo,
ondulación y velamen
de tu espalda,
de tu hombro,
en ese color que me gusta tanto.
La textura de tu muslo,
que mi mano recorre,
escarpada horizontal de tu pierna.
Mis labios y lengua te buscan,
onda y penetrante,
volando en ese interregno de aguas y juncos,
donde también te persigo y encuentro,
olor viviente que me emplaza,
que no deja separarme.
Te miro desde allá abajo,
en esa penumbra de paloma,
donde esas colinas allá arriba me destierran,
me desarraigan del tiempo y las horas.
Salto de gacela,
en lluvia de arco iris,
viéndote esa sonrisa,
ese placer que intuyo y se desplaza,
móvil, inquieto e impreciso.
A esta aurora,
de tus días tempranos
que se advienen con tanta prisa,
no sin cierta desmesura,
y buscándote en esta escritura,
mis manos anhelan tus territorios.
A ver A ver
Enjuaga tu sexo en esa agua de placeres,
olor rancio de la desventura,
mujer caníbal del deseo,
Un salto de gacela,
Sangre en la puerta de tu averno,
No la ocultes,
Al final es la cosa más propensa a la verdad.
¿Tienes miedo de mostrarme tu espuma?
¿O acaso es lo que mancha?
No te preocupes,
la señora de la limpieza vendrá mañana
y no quedarán entonces mayores rastros.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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