Elly Smallwood es una artista canadiense originaria de Ottawa que se mudó a Toronto para estudiar y dedicarse al arte. Las pinturas de Elly Smallwood son testamentos a gran escala de una visión personal única; en ellas, Smallwood no solo explora su entorno sino también su persona: su cuerpo (externo e interno), así como sus emociones más profundas a través de pinceladas agrestes y colores contrastantes.
Hay una serie de temas que se repiten a lo largo del trabajo de Smallwood, como la sexualidad, las emociones intensas y la alienación del ser humano, pero nosotros nos enfocaremos en el erotismo y la sensualidad que transmiten sus obras, la parte más visceral e intuitiva de sí misma; de hecho ella misma declara que quiere que su trabajo llegue a las personas a un nivel más instintivo que racional.
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A Smallwood le encanta trabajar en el formato más grande posible y, aunque ocasionalmente sí trabaja en piezas pequeñas para transmitir sensación más íntima y personal, en realidad la mayoría de sus obras son muy grandes, lo cual logra que el espectador perciba una fuerza agresiva y dominante, además de que el erotismo adquiere dimensiones casi reales que estimulan todos los sentidos del público.
La gran mayoría de las obras de Smallwood muestran el cuerpo humano, ya sea en su totalidad o fragmentado: rostros, manos, ojos, piernas, torsos y sexos forman una hermosa colección de piezas sensualistas en las cuales destaca algo en particular: sobre los colores pastel que predominan, siempre hay un rojo o color intenso que carga de expresividad al cuadro y refuerza los elementos eróticos.
Al inicio de su carrera, su proceso era mucho más estructurado: comenzaba con fotografías generalmente, luego hacía un boceto o dos y finalmente traducía ese boceto en un lienzo más grande. Ahora, comienza directamente en el lienzo con cualquier idea que tenga en mente y se ha dado cuenta de que, cuanto más espontáneo el trabajo, más fuerza e impacto logra generar en el espectador.
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En una entrevista en la que habla justamente sobre su proceso creativo, Elly comparte: “Trato constantemente de relajarme, hacer que mi trabajo sea más espontáneo, rudo y experimental, por lo que tuve que eliminar la etapa de planificación para que eso sucediera. Ahora hay muchas fallas, pero cuando las piezas funcionan me gustan mucho más que cuando estaban más planeadas”.
Nos encanta esta anécdota sobre la espontaneidad, porque creemos que va muy en sintonía con el espíritu Kinky y con lo que podemos esperar de una sexualidad plena: espontaneidad, fuerza, pasión e intuición, eso que Smallwood busca en su arte es lo que nosotros buscamos transmitir respecto al sexo y el estilo de vida Kinky, así que:
¡Dale sentido a tus sentidos!
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