Hace una semana se estrenó en Netflix la película polaca 365 DNI (365 días) y, como todos los contenidos abiertamente sexuales, la gente no esperó demasiado para correr a verla; en menos de 24 se había posicionado dentro de los 10 más vistos en México y, en redes sociales, la polémica se había desatado. Hoy te contaremos de qué va este filme y por qué ha causado tanto revuelo.
La película está basada en la novela homónima de Blanca Lipińska y está dirigida también por una mujer: Barbara Bialowas. 365 DNI trata de Laura, una joven polaca que se va de vacaciones a Sicilia con su novio esperando que el viaje reavive el fuego que se ha perdido en su relación. Pero entonces entra en escena Massimo, poderoso miembro de la mafia italiana, quien cambiará todos los planes.
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Massimo, interpretado por el italiano Michele Morrone, se enamora (o se obsesiona) de Laura -interpretada por Anna Maria Sieklucka- y decide que la mejor idea es secuestrarla; hecho esto, le da a la protagonista 365 días para que se enamore de él. Obviamente (esto es algo predecible), ambos se embarcan en una serie de intensos encuentros sexuales tipo BDSM que desemboca, por qué no, en Laura enamorándose de Massimo.
Más allá de lo predecible de la trama y de la calidad cinematográfica (que también ha sido criticada), lo que más polémica ha causado es el mensaje real que, disimulado entre escenas eróticas y romanticismo chafa, se está transmitiendo con esta historia. Desde la misma sinopsis se puede percibir un triste engrandecimiento de la violencia en esto de “secuestrar para enamorar”, pero si se ve la película, más detalles llaman la atención.
Poco tiempo después del estreno de la película, esta se volvió tendencia en redes sociales, con opiniones encontradas, desde quienes la defendían argumentando que es ficción y en la ficción todo se vale; hasta muchísimos comentarios sobre cómo el filme romantiza la violencia, normaliza la manipulación emocional e incluso facilita y engrandece discursos machistas bajo el pretexto de que el protagonista es guapo.
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Todo esto se basa en partes de la película que dejan muchas preguntas en la cabeza y que, desde la perspectiva de una relación sana, dejan mucho que desear: por ejemplo, el hecho de que Massimo “justifique” su accionar echándole la culpa a Laura por cómo iba vestida; el hecho de que Massimo sea millonario (y guapo) e intente enamorar a la chica a través de regalos lujosos y manipulación emocional, como comprándola.
Al final, la decisión como siempre está en ustedes, lectores Kinky informados y conscientes. Ustedes deciden si verla o no y, si la ven, a ustedes les corresponde analizar qué tanto de la polémica es real y qué tanto es exageración mediática. Solo recordemos que, muchas veces, este tipo de ficciones (como el caso de 50 sombras de Gray) pueden tener un impacto real en la vida y en el accionar de las personas, así que siempre hay que observarlas con cuidado y espíritu crítico.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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