Piel y tinta (parte 6), por Regina Favela

18 octubre, 2020 4 mins de lectura
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Antes de leer Piel y tinta (parte 6), no te pierdas Piel y tinta (parte 1), Piel y tinta (parte 2), Piel y tinta (parte 3), Piel y tinta (parte 4) y Piel y tinta (parte 5).

Mia tenía a uno de cada lado, ambos dispuestos a hacer todo por hacerla terminar. Se sentía cierto aire de competencia entre los dos, pues ninguno podía fallar frente al otro. Pero Mia también quería que ellos disfrutaran, así que se levantó de la cama tomando a Antonio de la mano para que también se parara. Puso su mano en el pecho de Matías para que se quedara recostado sobre la cama y ella se acomodó en cuatro, con Antonio detrás de ella y Matías por delante.

Mia tomó con una mano el pene de Matías y comenzó a chuparlo mientras que con la otra tomaba el de Antonio para que la penetrara. Disfrutaba del sabor en su boca y de las vibraciones en sus labios. Paraba de vez en cuando para liberar uno que otro gemido, hasta que ella se vino por tercera vez aquella noche. Pero todavía faltaba que Antonio se viniera. Nunca pensó que Antonio pudiera resistir tanto tiempo. Matías solamente disfrutaba de la escena que tenía frente a él y del masaje oral que le estaban dando. Antonio sacó un grave rugido cuando terminó, dejando que Mia se tumbara en la cama con una gran sonrisa en el rostro. 

Mia se levantó de la cama para ponerse una bata de seda que tenía colgada en la puerta de su baño. Los dos tomaron su ropa y también se vistieron. Regresaron a esa etapa incómoda en la que estaban cuando Mia fue a atender la puerta. Matías decidió irse a pesar de que estaban a punto de abrir otra botella de vino, para él ya había sido una larga noche. Se quedaron Mia y Antonio continuando la plática en donde la habían dejado antes de salir del bar hasta que esa botella llegó a su fin y Antonio se fue. 

Vino

Mia no podía creer la noche que había tenido, así que fue a casa de su amiga Maya, donde había conocido a Antonio, a contarle a su hermana y a ella todo lo que había pasado. Su hermana no conocía a ninguno de los dos, por lo que Mia le contó sobre cómo los conoció y todo lo que había pasado, desde el bar hasta la vez que fue a verlo en el estudio que curiosamente estaba frente a la librería donde su hermana trabajaba. La hermana de Mia, Karla, era sorda, por lo que hablaba solamente mediante señas, pero en cuanto supo que Matías trabajaba en ese estudio se quedó realmente sin nada que decir.

Karla lo describió perfectamente, dejando a Mia y a la amiga un poco confundidas. Soltó una pequeña risa nerviosa y le confesó que había estado clavada con él desde la primera vez que lo vio llegar al estudio. Mia se quedó sin palabras unos segundos, pues no sabía si contarle a su hermana que había cogido con la persona de la que estaba enamorada. Siguió contándoles sobre esa noche, la misma noche en la que Karla había ido de sorpresa a visitarla, estando con Matías ahí mismo. Ninguna de las dos podía creerlo. Maya estaba sorprendida con las historias de sus amigas, pues ella jamás había estado con un hombre, para ella las mujeres eran simplemente perfectas.

Mia decidió no ver a Matías después de saber que su hermana sentía algo por él, aunque realmente ya se le había pasado el encanto para Karla. Ahora Mia estaba lista para algo diferente, quería algo en su vida más estable, con alguien con quien pudiera ser realmente ella. Pero no era con Antonio. Una noche salieron Mia y Maya al bar esperando no cruzarse con Matías. Afortunadamente cuando llegaron él no estaba ahí. Después de varias horas de platicar Maya le confesó a Mia que era ella con quien quería estar.

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