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Si bien la historia del arte está repleta de manifestaciones del cuerpo humano y la desnudez, no es común que estas expresiones se concentren en el erotismo femenino y, en particular, en el placer femenino. Yolanda Dorda es una artista española nacida en Barcelona que ha hecho de esta temática su bandera creadora. Ella se inició en la escultura, pero es la pintura la que la ha llevado a explotar al máximo su potencial.
Con un currículum extensísimo, Dorda es capaz de pintar lo que sea, y lo ha hecho; sin embargo, se ha concentrado en los motivos humanos, en particular en rostros y cuerpos. Sus retratos expresan con fina crudeza las emociones y sensaciones que tenemos dentro; y dentro de sus retratos, predomina y llama la atención su serie erótica en la que explora, sin tabúes ni complacencias, las múltiples facetas del placer femenino.
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Las protagonistas de los retratos eróticos de Yolanda son siempre mujeres, captadas en instantes íntimos que, frecuentemente, aluden al orgasmo y a la voluptuosidad sexual. Esta visión es particularmente relevante, pues el cuerpo femenino casi siempre ha sido retratado desde la mirada y el deseo masculinos, presentándonos, hasta cierto punto, lo que el hombre encuentra erótico, sensual y deseable.
Dorda transforma, entonces, esta línea histórica y se convierte en digna representante de su género y su tiempo. Al respecto, ella expresa en una entrevista: “La visión que muestro nace de mi condición de mujer. Es una visión puramente femenina. Por eso no busco la acostumbrada satisfacción de la mirada masculina, sino la manifestación del placer femenino sin tabúes. Cuerpos seduciendo, orgullosos de su feminidad y dominantes”.
Otra cosa muy interesante de su trabajo -y que evidentemente se relaciona con su mirada femenina- es el hecho de que los cuerpos femeninos presentados no corresponden con la idealización mediática del “cuerpo perfecto”, sino con una concepción muy personal de lo bello. En este sentido, Yolanda desafía los cánones estéticos actuales y nos presenta cuerpos y formas que, sin ser canónicos, atraen quizá con más fuerza todavía.
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Aunque en algunos países su obra no ha sido muy bien recibida, la mayoría de los espectadores aplauden sus pinturas; de hecho, ha colaborado en varias ocasiones con la edición alemana de la revista Vogue, lo cual le ha aportado, desde la satisfacción de que una publicación como esta aprecie su trabajo y quiera publicarlo, hasta difusión y visibilidad internacional como artista de calidad y con un discurso importante.
Esta visibilidad internacional la ha llevado también a involucrarse activamente en la lucha por un mundo menos machista en particular en el ámbito del arte, el cual ha sido dominado y manejado por los hombre durante décadas. Ella afirma que la única manera de construir nuevos espacios por y para mujeres dentro del arte es trabajando duro y demostrando, tal y como ella lo hace, que eres capaz de presentar una visión honesta y un discurso relevante.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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