Marta Syrko es una talentosa fotógrafa rusa que justo ahora, gracias a las redes sociales y el internet, se ha encontrado en el ascenso de su carrera. Ella es una artista multifacética, pues trabaja desde en proyectos de moda para revistas y fanzines, hasta en proyectos cinematográficos. Hoy hablaremos de uno de sus trabajos más personales: una serie de fotografías submarinas tan bellas que te dejarán con la boca abierta.
Las fotografías submarinas de Syrko son el mejor recordatorio de algo que es estandarte de Let’s Kinky: que el erotismo no solo está relacionado con sexo o con cuerpos desnudos, que el erotismo es todo lo que estimule conscientemente los sentidos y que puede ser tan sutil y maravilloso como unos labios semiabiertos, como el roce del agua con la piel, como el movimiento de una larga cabellera o la ondulación del agua.
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Tomar fotos bajo el agua no es sencillo, y no solo por el equipo técnico que se requiere, sino porque el agua provoca efectos de refracción, reflexión y transmisión de la luz que, si no son bien aprovechados, pueden arruinar una foto. Pero Syrko demuestra aquí sus maravillosas aptitudes artísticas de la mano de un manejo perfecto de la técnica, por lo que el resultado son hermosas imágenes que aprovechan al máximo la luz natural.
Con este talento único, la artista es entonces capaz de presentar el erotismo, no solo en el cuerpo de la mujer, sino en absolutamente todos los elementos de la fotografía: en las ondas del agua resaltadas por la luz y que simulan, entonces, rayos o venas acuáticas; en la luz reflejada suavemente sobre la piel de la modelo y, por supuesto, en las posturas orgánicas, estilizadas y expandidas de sus bellos modelos.
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En algunas ocasiones, la fotógrafa juega con elementos orgánicos como flores y frutas para añadir color y para reforzar la idea de las formas circulares y onduladas que predominan en sus obras. De esta forma, Marta Syrko nos plantea una nueva, interesante y muy personal noción de erotismo: lo erótico como sinónimo de lo orgánico, lo que se mueve, lo que ondula, lo que nunca se está quieto, lo que está vivo.
Por supuesto, Syrko no solo trabaja con luz natural, también juega con lámparas y filtros de colores para crear contrastes de color tan bellos como significativos. Sus colores preferidos en esta serie son el azul y el rojo, nuevamente simbolizando lo vivo-erótico: el azul del agua, el rojo de la sangre. Obviamente, su concepción de lo erótico nos encanta y es completamente Kinky, pues se trata de aquello que provoca, que estimula y que nos hace saber que estamos vivos.
¡Hazte Kinky!
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