Las aventuras eróticas de Krishna y Radha

Aunque la visión judeocristiana del mundo suele separar tajantemente lo erótico de lo divino (incluso condena lo erótico como obra del “demonio”), las culturas orientales y, en general, la cosmovisión previa al judeocristianismo, no solo no separaban estos aspectos, sino que el erotismo formaba parte esencial de las historias de sus dioses, basta pensar en Zeus y sus innumerables aventuras eróticas con prácticamente todas las diosas.

Así, el hinduismo forma parte de estas tradiciones religiosas que no temen mostrar a sus dioses con deseos e impulsos sexuales, incluso en plenos embates amorosos. Hoy te hablaremos justamente de Radha y Krishna, dos de las divinidades más veneradas en el hinduismo y que, bajo la denominación Radhakrishna, representan el deseo erótico, la unión de lo masculino y lo femenino y la búsqueda del alma por el amor divino.

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¿Quiénes son estas divinidades?

Krishna es, sin duda, una de las divinidades hindúes más conocidas (incluso en el mundo occidental). Considerado como una de las encarnaciones del dios Vishnu (creador del universo y dios de la protección y la bondad), es una de las principales figuras de la mitología y la espiritualidad hindú, al punto que se le ha llegado a comparar con la figura de Jesús para la cultura occidental.

Por su parte, Radha es, en cambio, muy poco mencionada en los textos fundacionales del hinduismo; lo que se sabe de ella viene de textos posteriores. Radha es una encarnación de Lakshmi, diosa del amor, la belleza y la fertilidad (más o menos el equivalente de Afrodita). Rada era una “gopi” (guardiana de vacas o guardiana de la leche) y se le suele representar rodeada de flores y, frecuentemente, acompañada de Krishna.

Las aventuras de Krishna y Rhada

Según la tradición hindú, el Señor Krishna nació y se crió en Vrindavan hace miles de años. A una edad temprana lo llevaron al bosque a vivir con pastores de vacas para que pudiera escapar de los malvados planes que su tío tenía para él. Mientras estaba en el bosque, surgieron sus poderes y, claro, su apetito por las mujeres.Sentía especial atracción por las gopis y, por supuesto, su gopi favorita fue Radha.

En el Gita Govinda (el poema lírico más famoso de la India) se cuenta que Radha y Krishna vivieron amores tormentosos y apasionados. Una noche primaveral de luna llena, Krishna vive lo que podríamos describir como una orgía con las encantadoras gopis de Vrindavan. Mientras que Krishna hacía el amor a todas estas gopis, había una que se alejaba, celosa: era Radha, quien sufría en silencio por no tener a Krishna para ella.

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Cuando Radha se encontraba sola en el bosque, atormentada por los celos y la pasión que la devoraban, las gopis que acababan de estar con Krishna se acercan a ella y le dicen que él también está desolado porque la desea solo a ella; luego van con Krishna (cual mensajeras del amor) y le hablan del sufrimiento de Radha a causa de este amor que no se ha consumado. Entonces, se prepara el encuentro erótico final, llamado en el Gita Govinda la “batalla de amor” o el “gran combate”.

Radha se arregla con sedas, joyas y flores; se pinta su cabello, sus senos y su vientre. Krishna va al encuentro de su amada y se lleva a cabo un acto erótico mezcla de dolor y placer: Radha, enojada como está por las aventuras de Krishna con las otras gopis, lo araña y lo muerda ferozmente mientras hacen el amor. Al consumar el acto, se dice que Krishna convierte el cuerpo de su amada en un lienzo donde dibuja, “con las sustancias del amor”, fórmulas secretas, cifras y emblemas sagrados.

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