¿Realmente se tiene que presentar a Elvis? Quizá lo único que pocos saben de él es que su segundo nombre era Aaron; de ahí en fuera, todos saben quién fue El Rey y todos han escuchado al menos una de sus canciones. Muchos críticos llegan a compararlo con los Beatles, no en cuanto a calidad musical – pues él mismo afirmaba no ser un virtuoso de la música -, pero sí en cuanto a influencia: la historia de la música y del baile no serían lo que es hoy si Elvis no hubiera estado en el panorama.
Como máximo representante del Rock & Roll se volvió también el símbolo perfecto de todo lo que esa música significó durante la década de los 50: soltura, independencia, confianza y, sobre todo, liberación sexual. Así es, el nacimiento de este género musical va de la mano de los deseos y búsquedas de los jóvenes de aquella época; ¿qué querían los chicos de los 50? La respuesta está ligada, por supuesto, a la historia y la situación social que vivía Estados Unidos.
Calma, no te vamos a aburrir con lecciones de historia, sólo te vamos a contextualizar para entender el por qué de la famosa triada “Sexo, Droga y Rock & Roll”. Y el motivo se remonta a los orígenes del jazz y del blues, principales antecesores del R&R. Estos géneros nacieron en el seno de las comunidades afroamericanas a finales del siglo XIX y principios del XX, pues era la única forma de expresión que se les permitía a estos grupos relegados casi por completo.
Ante la necesidad de ser escuchados, los músicos afroamericanos empezaron a usar sus letras como trincheras de lucha y rebelión; sus canciones expresaban el dolor, la opresión, la fuerza combativa y la injusticia vivida por las comunidades negras de Estados Unidos. ¿Quién se imaginaría que aquellos oprimidos serían, décadas después, algunas de las joyas más preciadas de la música estadounidense?
Por su parte, los jóvenes blancos gustaban de aquellos ritmos pero no se identificaban ni con las letras ni con la fuerte politización que proponía. Las inquietudes de la juventud caucásica eran de otra índole: aún vivían los efectos de la Prohibición (ley seca) de los años 20 y de la lucha antidrogas del Federal Bureau of Narcotics creado en 1930, por lo que se sentían reprimidos y, más aún, criminalizados ante la expresión de sus apetitos sensuales.
Entonces, la llegada del Rock & Roll abre la puerta que esos jóvenes tanto deseaban abrir y les da esa voz que creían apagada. El ritmo, las letras, el baile… todo invitaba a la sensualidad, al deseo, a no preocuparse más que por el instante en que los músculos se relajaban en la pista de baile. Y, por supuesto, Elvis llevó esta actitud sensual a su punto máximo a través de esos movimientos de cadera inigualables con sugestivas y fascinantes connotaciones sexuales.
¿Y por qué Elvis sobresalió de entre tantos? Porque toda esa sensualidad, ese atractivo, ese erotismo que emanaba su cuerpo eran tan genuinos, tan verdaderos, que no cabía duda de que, como él mismo decía, era el alma expresándose a través de su cuerpo. Y por eso es nuestro personaje Kinky del mes, porque como siempre lo hemos dicho, no hay actitud más Kinky que ser auténtico y dejar que el mundo vea lo que somos por dentro sin miedo al qué dirán.
Así que, a 81 años de su nacimiento, no nos queda más que decir: ¡Que viva el Rey!
Y si no te has convencido del poder del baile, tienes que leer esto: Hombre que sabe bailar…hombre que conquista