El pasado 4 de mayo hubiera cumplido 87 años la actriz belga y de corazón británico Audrey Hepburn. Una mujer que siempre será recordada por su estilo, sencillez y belleza.
La candidata cinco veces a los Oscar y ganadora de uno a mejor actriz por su papel en Roman Holiday(1953), le dio al mundo de la moda una gran cantidad de aportes que, incluso, siguen siendo parte de la moda actual. En 2015, Ferragamo creó una línea de bailarinas inspirada en la famosa zapatilla de punta redondeada lanzada en 1954, creada especialmente para la actriz y la cual se distinguía por su elegancia y feminidad. El modelo original estaba realizado en gamuza y tenía una correa en color negro.
Audrey fue la consentida de muchas marcas, sin embargo, ella siempre se mostró enamorada de los de los diseños de Hubert de Givenchy. Él fue quien la vistió por primera vez para su personaje en Sabrina (1954) y desde entonces formaron uno de los dúos más memorables en el cine y en la moda. Una de las colaboraciones más destacadas fue en la película Breakfast at Tiffany’s (1961), donde lució uno de los vestidos más icónicos en la historia del cine, un Little Black Dress.
Audrey también destacó por sus peinados, su maquillaje refinado y estilizado y sus cejas pobladas. Su delineado fue sin duda uno de los más imitados. Su flequillo fue otro aporte emblemático a la belleza. Al igual que sus sombreros, los cuales lució durante muchos años en importantes eventos y películas.
El verdadero secreto de Audrey Hepburn para convertirse en un ícono de la moda, fue que siempre se basó en la sencillez y en el porte. Ahora libros, películas y fotografías nos recuerdan constantemente lo importante que fue la actriz en este ámbito. Sin duda su estilo y personalidad quedarán marcados por muchos años más.
“Para tener hermosos ojos, mira por el bien de los demás. Para tener hermosos labios, pronuncia solo palabras de bondad. Y para el equilibrio, camina con la certeza de que nunca estás sola”. -Audrey Hepburn