Dios dijo apáguese la luz
tu ropa cayó al piso
y el mundo se iluminó.
Desnuda sobre la cama,
con la ventana abierta al mundo
y las cortinas aleteando en la leve oscuridad,
la luz de la Luna divide tu cuerpo en dos:
uno está al lado mío y el otro siempre está en mi memoria.
Cuando estoy dentro tuyo
siento como creces en mi alma.
La sábana blanca
se desliza por tu cuerpo
mientras cae la noche
descubriendo sus misterios.
Anoche
el delta
de tu cuerpo
fue un poema
escrito sobre mis labios.
Cuando hacemos el amor nos empoemamos.
El amor, mi amor, surge cuando las palabras nacen del cuerpo.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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