¿Cómo se hace una escena nopor?

Si alguna vez te has preguntado cómo se vive en realidad la creación de contenido en plataformas como Pornhub, XVideos o RedTube, aquí te vamos a satisfacer la curiosidad. Según lo que dicen la mayoría de los actores, filmar escenas de sexo en las películas es lo menos parecido a un momento excitante en pareja. Tan solo imagina: si no eres voyerista, tienes un montón de cámaras grandes por todos lados y a todo un equipo de personas viéndote mientras lo haces. Es una actuación con unx extrañx compañerx de trabajo convertido en tu pareja ideal –si bien te va–, y debes ejecutar un desempeño excepcional para un director que juzga cada caricia y gemido. Para algunas personas es la antítesis de lo que realmente debería suceder entre las parejas; sin embargo, para algunxs –muy pocxs– profesionales del asunto, resulta ser un trabajo lleno de diversión y juego.

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El día a día en el set de grabación

En la industria del porno la competencia es feroz. La mayoría de las artistas femeninas son despedidas o se van después de unos pocos meses –porque no aguantan las exigencias y/o los malos tratos–, y aquellas que lo logran deben cumplir con requisitos estrictos Algunas películas se graban en sets destinados a la producción, pero realmente son muy pocas las que cuentan con suficiente presupuesto para hacerlo; la realidad es que la mayoría son grabadas en departamentos estilos Airbnb o condominios que se rentan a precios accesibles para hacer el shooting. Y, por si tenías la duda… El set nunca huele bien.

Más allá de las condiciones del propio set, los requerimientos físicos que se les exige a lxs actores son considerables. En el porno no existen los turnos definidos. Se puede exigir a los artistas que permanezcan entre 3 y 22 horas, dependiendo de la escena. Y si una escena se cancela por cualquier motivo, nadie cobra. Esta es la razón por la que los artistas no suelen denunciar ni publicitar los abusos en la industria del porno: una sesión desperdiciada puede costar a las productoras miles de dólares, lo que a menudo resulta en artistas apuntadxs en la lista negra de la industria.

Muchas de las actrices pasan hambre durante las escenas, ya que no pueden arriesgarse a comer algo e inflamarse, puesto que los requerimientos convencionales se ajustan a las expectativas de género machistas de la sociedad –no así en firmas como Lust o Four Chambers–. Para los hombres, tampoco es cosa sencilla, ya que deben recurrir a pastillas o inyecciones para mantener la erección, ya que por ningún motivo pueden permitirse un bajón de amiguito durante el shooting. En el mundo real, no se tiene sexo por tan largos periodos de tiempo y aquí se nota. De hecho, con relación a este tema, existe el mito de las “fluffers”: mujeres con el único propósito de ayudar a un artista a tener una erección y permanecer erecto.

Otro de los requerimientos que se tienen casi siempre en la industria porno, es la elaboración de exámenes para detectar enfermedades de transmisión sexual cada 15 días como mínimo. Evidentemente, esta exigencia responde al riesgo que se tiene al tener sexo con distintas personas sin protección adecuada, ya que como debes saber, la mayoría de las películas porno no promueve el uso de condón.

Debido a la rigurosa naturaleza atlética del trabajo, lxs artistas porno constantemente se alejan de los escenarios con cicatrices de batalla grabadas en sus cuerpos. Desde quemaduras genitales por fricción, resbalones y más. ¿Te imaginas tener que rendir 100 de 100 durante más de 8 horas en el set?

Definitivamente, no todo en el porno es lo que parece y por eso, te recomendamos consumir contenido de post-porno como Four Chambers, que considera cuerpos reales e inclusivos, además de que cuenta con políticas de grabación humanas para todxs lxs participantes.

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