Vuelvo naturalmente
sobre esa delicada especialidad de tu ser
sobre ese empuje suave
ese avance blanco y suave
que de oscuros extremos ásperamente suaves se corona
esa única parte de tu cuerpo
que decidida amorosamente
viene de ti hacia mí
destaco otra vez el equilibrio
entre su ímpetu y su inercia
lo convexo y lo cóncavo
sus distintas maneras de empezar
y ese gracioso modo de ceder a su peso sin olvidar su forma
te acuestas boca arriba
qué difícil precisar sus límites
y si me abrazas en la noche
tus pechos nacen del mío
no son esa caricia inaudita que me viene de afuera
sino invertidos pechos que nacen de mí
como dulces surtidores
brotándome de dos puntos activos
abriéndose luego cálidamente
y perdiéndose en la plenitud de tu cuerpo.
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