¿Qué es? ¿Con qué se come? Te contamos todo del cuckoldismo y te compartimos algunas historias para inspirar tu sensualidad.
Nosotros lo sabemos y tú lo sabes: la sexualidad humana es un terreno vasto y complejo que abarca una amplia gama de preferencias y fantasías. Entre las diferentes expresiones de la intimidad, existe un concepto que ha captado la curiosidad y el interés de muchos: el cuckold. Aunque para algunos es un término desconocido, para otros se ha convertido en una intrigante y, en ocasiones, controversial dimensión del disfrute de la vida sexual en pareja.
El término cuckold (cornudo) proviene del inglés y se refiere a un hombre cuya pareja (esposa o novia) mantiene relaciones sexuales con otros hombres, mientras él está consciente y consiente la situación. En otras palabras, es un término que describe a un hombre que disfruta o permite que su pareja tenga relaciones sexuales con otros, a menudo sintiendo cierta excitación sexual o sumisión disfrutable ante este acto.
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El interés por el concepto cuckold puede explicarse por diferentes razones –aunque es importante destacar que no todxs comparten este interés y las preferencias sexuales varían ampliamente de forma individual–. Algunas de las razones que explican el atractivo o la atención que genera este concepto son:
1. La fantasía sexual. Para algunas personas, la idea de ver a su pareja con otra persona puede ser una fantasía erótica que les excita. Esto puede estar relacionado con la emoción de la novedad, el tabú o el sentido de sumisión.
2. Dominación y sumisión. Algunos hombres encuentran excitación en el aspecto de poder y sumisión que implica el concepto de cuckold. En este caso, el hombre puede sentir placer al ser humillado o dominado por su pareja y los otros hombres involucrados.
3. Fetichismo. Existe una comunidad de personas que practican el cuckoldismo como un fetiche sexual. Este fetiche puede manifestarse de diferentes maneras, como a través del uso de la imaginación, la incorporación de roles y la utilización de disfraces. Estas personas sienten placer al observar cómo su pareja es c*gida por otras personas aunque ellxs no participen en el acto más que como voyeurs.
4. Transgresión de normas sociales. Para algunxs, el atractivo del cuckold se encuentra en el acto de desafiar las normas sociales y tabúes que rodean la monogamia y la fidelidad en las relaciones, brindando un extra de placer al sentir transgredidos estos estatutos.
Te invitamos a conocer más del desenfreno y pasión que los cuckolds viven y a descubrir su mundo sensual con estos relatos eróticos.
En una calurosa noche de verano, Javier y Lucía decidieron aventurarse en una experiencia que cambiaría sus vidas para siempre. Llevaban años juntos y sentían que su relación estaba en un punto en el que buscaban nuevas formas de conectar y avivar la pasión. Un día, mientras exploraban sus fantasías más íntimas, descubrieron el concepto del “cuckold”.
La idea les intrigó y emocionó por igual. Consistía en que Javier sería testigo de cómo otro hombre seducía y complacía a Lucía, mientras él observaba desde la distancia. Era una fantasía audaz, pero ambos estaban dispuestos a explorarla.
Después de meses de charlas profundas y exploración de límites, decidieron dar el paso. Con nervios y anticipación, se pusieron en contacto con un hombre llamado Alejandro que, según su investigación, tenía experiencia en este tipo de dinámicas.
El día llegó. Javier y Lucía acordaron reunirse con Alejandro en un bar elegante y discreto. Nada más verlo, supieron que habían hecho la elección correcta. Alejandro era atractivo, seguro de sí mismo y parecía entender perfectamente lo que buscaban. Después de charlar y romper el hielo, los tres se dirigieron a un lujoso hotel. La tensión en el aire era palpable, pero también había un sentimiento de excitación que no podían negar. Una vez en la habitación, Javier se sentó en una cómoda silla mientras observaba cómo su amada Lucía y Alejandro se acercaban entre besos y caricias.
Ver a su pareja entregarse a otro hombre despertó emociones intensas en Javier. La mezcla de celos, deseo y fascinación lo sorprendió, pero sabía que era parte del acuerdo que habían establecido. Lucía parecía estar disfrutando cada momento y, en cierto modo, eso le tranquilizó. La velada continuó durante horas, con un torbellino de emociones para todos los involucrados. Finalmente, llegó el momento en que Alejandro se despidió con una sonrisa y un agradecimiento. Javier y Lucía se encontraron solos nuevamente.
Después de un silencio momentáneo, Lucía se acercó a Javier y le abrazó con ternura. Le aseguró que, a pesar de lo que había sucedido, su amor y conexión eran inquebrantables. Javier se sintió aliviado al escuchar esas palabras y también más cercano a Lucía que nunca.
En los días siguientes, Javier y Lucía hablaron sobre su experiencia, compartieron sus pensamientos y emociones. Descubrieron que habían aprendido mucho el uno del otro y que esta experiencia había fortalecido su vínculo. Aunque fue desafiante, los hizo sentir más conectados y abiertos entre sí. El “cuckold” se convirtió en una experiencia única y poderosa para Javier y Lucía, una que nunca olvidarían. A partir de entonces, se dieron cuenta de que podían explorar sus deseos y fantasías juntos, sin miedo al juicio y siempre manteniendo una comunicación abierta y sincera. Su relación floreció como nunca antes, y el recuerdo de aquella calurosa noche de verano siempre permanecería como una chispa que los unió aún más, un fuego que nunca se extinguiría en su aventura conjunta por el amor y la pasión.
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En un pequeño pueblo, vivían dos parejas de amigos muy cercanos: Carlos y Marta, y Raúl y Laura. Compartían una amistad inquebrantable y frecuentemente se reunían para charlar y disfrutar de cenas juntos. Sin embargo, un día, una conversación casual durante una velada cambiaría la dinámica de su amistad de una manera inesperada.
Mientras compartían anécdotas de sus vidas y risas alrededor de la mesa, el tema de las fantasías sexuales surgió de forma juguetona. Carlos mencionó una vez haber leído sobre el concepto del “cuckold” y cómo algunas personas encontraban excitación en ello. El comentario provocó miradas sorprendidas y curiosidad en el grupo. Raúl, con una sonrisa traviesa, admitió que la idea también le había llamado la atención en el pasado. Laura, al principio incómoda, confesó que la idea de ser deseados por otros hombres mientras él observaba, le generaba una inesperada excitación. Las confesiones sorprendieron a Carlos y Marta, pero pronto la charla se volvió una conversación abierta y honesta sobre las fantasías y deseos de cada uno. A medida que compartían, la atmósfera se llenó de una tensión inusual, pero excitante. Decidieron que explorarían la idea juntos y verían a dónde los llevaba.
En los días siguientes, organizaron una reunión más íntima, en la que se planteó el experimento. Decidieron establecer reglas claras para mantener una experiencia segura y respetuosa para todos. La confianza entre ellos hizo que todo pareciera más natural, y la idea de llevar a cabo la fantasía no parecía tan intimidante como al principio.
El momento llegó, y durante la velada acordaron que Marta estaría con Raúl mientras Carlos los observaba. La excitación llenaba el aire, y aunque al principio había cierta tensión, pronto se sumergieron en la experiencia, explorando nuevos niveles de intimidad y confianza. La noche fue un torbellino de emociones intensas. La sensación de deseo, celos y complicidad se mezclaba en una danza única. Cuando todo llegó a su fin, los cuatro amigos se encontraron en un abrazo sincero, sorprendidos por cómo una fantasía compartida había reforzado su conexión.
Después de esa noche, sus encuentros sociales continuaron como siempre, pero ahora había un lazo especial entre ellos. Compartían una intimidad emocional que solo la vulnerabilidad y el respeto mutuo pueden construir. No solo habían explorado el “cuckold”, sino que habían aprendido a comprenderse mejor como individuos y como parejas. A partir de entonces, su amistad floreció de manera única. Siempre tendrían aquella noche para recordar, y aunque decidieron que no era algo que quisieran repetir frecuentemente, la experiencia les había dejado una huella profunda en sus vidas.
En el pequeño pueblo, cuatro amigos habían descubierto que la confianza y la apertura podían llevarlos a territorios inexplorados en su amistad y en su vida sexual. Con risas y complicidad, seguirían compartiendo momentos inolvidables y llevando consigo una valiosa lección sobre el poder del entendimiento y la aceptación mutua.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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