Carmen Matute, poetisa guatemalteca, es una de las principales exponentes de la poesía erótica centroamericana. Aquí una probadita de su obra.
Hay quien dice que la naturaleza es lo más bello que existe; hay quien dice que lo más bello es el cuerpo humano; Korbinian Vogt no quiso elegir y se dedicó a retratar ambas bellezas. Vogt nació en 1995 en Múnich. Puesto que sus padres trabajaban en la industria cinematográfica, él estuvo empapado de imágenes desde pequeño; a los 8 años empezó a tomar sus primeras fotografías y, desde 2014, Korbinian trabaja de forma independiente en sus proyectos personales.
El fotógrafo alemán con sede en Múnich, fascinado por los maravillosos paisajes de países nórdicos como Groenlandia, Noruega o Islandia, decidió viajar a estos lugares con su equipo y sus modelos para capturar la conexión del ser humano y la naturaleza, a través de sus icónicas fotografías de mujeres jóvenes desnudas en medio de paisajes enormes y abrumadoramente hermosos.
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Todas sus fotografías siguen ese leitmotiv: bellas mujeres desnudas en paisajes naturales imponentes; quizá podría pensarse que el motivo se agotaría rápidamente y podría perder su interés, sin embargo, uno no se cansa de ver sus fotos porque, más allá de la belleza inherente a los paisajes y a los cuerpos femeninos que elige, hay una serie de conceptos abstractos que se revelan a través de sus composiciones.
Uno de estos conceptos es, por ejemplo, el de la fragilidad humana. Cuando vemos estos paisajes de montañas, rocas, lagos y cielos inmensos, y de pronto, el fotógrafo coloca a su modelo en medio, es como si una especie de fuerza sobrehumana hubiera colocado a ese ser frágil y despojado de toda protección en el centro mismo de la tierra, como diciéndonos: “miren qué pequeños son ante la majestuosidad de la naturaleza”.
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La desnudez de la modelo se vuelve, entonces, metáfora del ser humano inocente, abierto y libre, sin máscaras ni caparazones. No solo se trata de mostrar la belleza del cuerpo femenino, sino de quitarle al ser humano todo aquello con que se cubre y se protege para mostrarlo tal y como es, con sus debilidades y pequeñeces, pero también con su majestuosidad equivalente a la de los árboles, los ríos y los peñascos.
Otro concepto importantísimo para Vogt es el de la conexión orgánica del ser humano con la naturaleza. Esto lo vemos en todas sus fotografías: a pesar de que, evidentemente, la figura humana sobresale, de alguna manera -por la composición y/o las posturas de las modelos- pareciera que la mujer pertenece a ese lugar, como si hubiera salido de entre las rocas, como si creciera de entre el pasto, como una planta más; lo cual nos lleva a experimentar, como espectadores, la sensación de unidad absoluta con la naturaleza.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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