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El 12 de julio celebraremos 115 años del nacimiento de uno de los poetas más reconocidos en la lengua española: Pablo Neruda. Y para festejarlo queremos hablar acerca de su concepción de erotismo, ya que escribió muchos textos eróticos que quizá se alejen un poco de la noción de erotismo actual, así que quizá con esta breve explicación puedas acercarte y disfrutar más de la literatura de este gran poeta.
Lo primero que debemos tener en cuenta al leer textos eróticos de Neruda es que el erotismo no implica necesariamente sexo, de hecho muchas veces se aleja de éste para apelar a la imaginación y a las posibilidades de todo lo que está alrededor del sexo y no solo dentro de él. Un claro ejemplo es su Soneto XXVII, en el cual el erotismo se encuentra en la simple contemplación de la desnudez de la mujer deseada.
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Luego, hay que saber que para Neruda el erotismo no es algo “rosa”, es decir, no es algo que necesariamente se relacione con el amor y todo lo hermoso de éste; por el contrario, el erotismo también puede estar unido al dolor, a la pérdida y al lado “oscuro” del amor, como se puede ver en su Poema 1, en el cual, después de una descripción erótica de la mujer que desea, termina hablando del dolor y la fatiga eterna de no tenerla.
Y finalmente, pero quizá lo más importante, es entender que para Neruda (como para muchos poetas de su estilo) el erotismo es metáfora, es decir, la sustitución de las palabras literales por otras que comparten ciertas características y que nos alejan de lo explícito; por ejemplo, en vez de decir “senos” hablará de los “vasos del pecho”, o en lugar de decir “vulva” dirá “la rosa del pubis”. Así que como verás, para Neruda el erotismo era un concepto mucho más amplio y sutil de lo que podríamos imaginar.
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