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Feel Good es una serie de Netflix que nos encantó porque se sale de todos los parámetros de lo esperado. Está clasificada como comedia; sin embargo, aunque sí soltarás muchas carcajadas, también tiene una profundidad emocional que constantemente nos acerca al drama interno que viven los dos personajes principales, tan contradictorios y complejos como cualquiera de nosotros.
Se trata de una serie espontánea y refrescante creada por Mae Martin, una comediante canadiense originaria de Toronto que, tras ganar dos veces el Canadian Screen Award por mejor guion de un sketch de comedia, triunfó en el famoso Edinburgh Fringe Festival (mismo festival en el que triunfó la creadora de Fleabag, Phoebe Waller-Bridge). De ahí, catapultó su carrera con la creación de Feel Good para Netflix, la cual escribe y actúa.
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Mae Martin aparece en la serie como ella misma, una “standupera” canadiense que una noche, después de su show, conoce a George, una chica guapa y relajada con la que conecta instantáneamente. Pero lo que podría ser una simple historia de amor entre dos chicas, se convierte rápidamente en una introspección en la que descubrimos, al mismo tiempo que ellas, que no se conocen como creían conocerse.
El primer conflicto, y el más evidente, surge por el hecho de que George, aunque se ha enamorado profundamente de Mae, nunca había tenido antes una relación con otra mujer; de hecho, en algún momento ella misma dice que no se considera lesbiana, que Mae es la única mujer que le gusta y que ama. Por eso, Mae duda constantemente de la orientación sexual de George y piensa que quizá solo esté confundida.
Pero a ese conflicto principal se unen otros que abordan temáticas muy importantes de las que no siempre se habla en la televisión; por ejemplo, se toca el tema de la salud mental y las adicciones, ya que poco a poco vamos descubriendo que Mae fue adicta a la cocaína y mantiene ciertas actitudes obsesivas y adictivas en general: se enamora obsesivamente de George y ella misma dice: “uno nunca deja de ser adicto, solo cambia el objeto de su adicción”.
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Por su lado, George no solo mantiene en secreto su relación con George -ya que le cuesta trabajo asumirse ante sus familiares y amigos-, sino que miente y dice que tiene “un novio”; esto desata las ya de por sí intensas inseguridades de Mae y, claro, empiezan a tener problemas en el sexo. En este punto, como en otros varios, el espectador puede identificarse fácilmente pues son problemas típicos en todo tipo de relaciones.
También se abordan temas importantísimos y no muy hablados, como la autoimagen, la percepción corporal y la androginia. Mae es una chica muy andrógina y esto la lleva a cuestionarse constantemente su imagen: se siente insegura, a veces no se gusta y duda de si es atractiva para George. Como espectadores, se agradece que una comedia se atreva a tocar temas espinosos con los que la mayoría podemos identificarnos.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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