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Bohyun Yoon es un artista coreano radicado en Estados Unidos que se ha dedicado a trabajar en los medios audiovisuales a través del performance, el happening y las instalaciones artísticas. Yoon ha explorado muchos medios, materiales y fenómenos distintos en sus obras, pero quizá los más importantes (y que se han vuelto su marca distintiva) son las sombras y los reflejos.
Por eso, es muy común que en sus instalaciones jueguen un papel protagónico las paredes -sobre las cuales se proyectan las sombras- y los espejos, que reflejan cuerpos y objetos de manera que el artista juega con la percepción del espectador. Respecto al fondo de su obra, Yoon se ha interesado de manera recurrente por temas como el cuerpo humano, la ilusión de separación entre yo y el otro, así como la posibilidad de que nuestros sentidos nos engañen.
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En esta ocasión, te queremos compartir 3 de sus trabajos más Kinky, en los que el cuerpo y el erotismo tienen un lugar predominante. El primero es “Fragmentation”, una instalación del 2003 en la que, a través de juegos con espejos, el espectador puede ver a los modelos fragmentados a través de sus reflejos: piernas, torsos, brazos y cabezas parecen aislados pero al mismo tiempo parte de un todo, haciéndonos reflexionar sobre el papel que tiene el cuerpo en la construcción de nuestra identidad.
En el 2009, Yoon realizó un trabajo de videoarte titulado “Reforming”, en el cual filmó partes del cuerpo aisladas (no todas pertenecientes al mismo modelo) y luego editó las partes fragmentadas para formar un cuerpo orgánico no humano pero con rasgos que todos reconocemos. Al ver el resultado final, se genera una sensación extraña pero llena de erotismo, puesto que la piel y el tacto se vuelven los protagonistas absolutos.
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Y finalmente, su trabajo quizá más explícitamente relacionado con el sexo y el erotismo: “Unity”, del 2009. Yoon llevaba ya años experimentando con pequeñas partes de cuerpos (como de muñecos) y sus sombras reflejadas sobre la pared; así que en esta ocasión decidió colocar las partes de cuerpos de manera que, cuando ves los objetos reales no se distingue nada en particular, pero cuando ves las sombras, aparecen como de forma mágica figuras que se besan y tienen sexo.
El discurso, entonces, es sumamente interesante. Al ver esta obra, lo que se vuelve expresivo son las sombras, justamente aquello que se nos ha dicho tradicionalmente que es lo”oscuro”, lo “indeseable”, lo “engañoso”; pero justo ahí se encuentra el deseo y el placer. Crítica y posicionamiento al mismo tiempo: el artista critica el status quo que ha encerrado al placer en el cajón de las sombras y se posiciona a favor de ese placer que solo nosotros podemos sacar de la sombra.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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