Este talentoso artista ruso-canadiense explora temas como la corporalidad, la voluptuosidad de los sentidos, el sexo y el placer.
Este joven talento nació en Rusia en 1989. Es hijo de Anna Razumovskaya, una famosa pintora de esas latitudes. Ivan Alifan es un artista ruso-canadiense que explora la feminidad, el sexo y las sensaciones de lo corpóreo. Estudió en Florencia y luego se mudó permanentemente a Toronto, Canadá, desde donde trabaja actualmente y en donde más cómodo se ha sentido para explorar todos los temas que le interesan.
A pesar de que no es muy afecto a las exhibiciones y al glamuroso ambiente artístico, Alifan cuenta ya con más de 20 exposiciones en su currículum; además, su trabajo ha sido mostrado en diversas publicaciones, entre ellas la revista ELLE Canadá. Si bien en su país natal no son muy bien recibidas sus pinturas más explícitas, en otros países son las que lo han catapultado a la fama.
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Como todo artista, tiene sus temas predilectos que casi se vuelven obsesiones creativas; en su caso, podemos enumerar las siguientes: la mujer y las representaciones poéticas de la feminidad, la voluptuosidad de los sentidos, el sexo y el placer. Si bien su obra es ya bastante amplia, nosotros hemos hecho una selección especial para ti de sus pinturas más eróticas en cada una de las divisiones que hemos hecho.
Respecto a la primera temática (la mujer y sus representaciones poéticas) tenemos algunos de sus primeros trabajos, en los que muestra retratos de mujeres en posiciones y actitudes intimistas, mujeres jóvenes que tienen un aire de romanticismo pero también ya pinceladas de erotismo. En estas primeras obras aún no vemos la exploración mucho más agresiva y explícita que veremos después.
Respecto a la voluptuosidad de los sentidos, Alifan se ha obsesionado con hacer varias series de pinturas en las que algún material líquido (generalmente blanco o muy claro) escurre por los rostros y/o cuerpos de los personajes, cubriéndolos casi por completo y transmitiendo al espectador sensaciones casi reales relacionadas con los posibles sabores, olores y texturas de lo que se ve en el cuadro.
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Por su puesto, estos escurrimientos tienen también un componente erótico muy importante que, por un lado puede hacer una referencia casi explícita a fluidos corporales escurriendo sobre otro cuerpo, y por otro lado también hay elementos relacionados con la comida que pueden hacernos pensar en el sploshing. De cualquier forma, siempre están involucrados los sentidos y el goce de todos estos.
Y, finalmente, su obras más explícitas muestran planos muy cerrados de momentos sexuales muy específicos: las manos de una mujer masturbándose, o el rostro de un hombre cubierto por las piernas y las manos de la mujer a la que le está haciendo sexo oral. Escenas sumamente eróticas que, por estar representadas en detalles muy concretos se vuelven representaciones universales del sexo y el placer.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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