Pucha Potens no es un manual práctico, tampoco es un libro científico (aunque la investigación es una constante) ni un diario personal; es un poco todo lo anterior y mucho más, son las palabras furiosas de una mujer que, a través de sus experiencias, intenta con todas sus fuerzas hacer conciencia sobre la “colonización” de los cuerpos femeninos, la invisibilización de estos y los tabúes y desinformación que pesan aún sobre ellos.
En Pucha Potens (o “El poder de la Pucha), Diana J. Torres -filóloga, escritora y performancera- desea terminar de una vez por todas con el mito del punto G y entenderlo más bien como lo que es: la próstata de las mujeres que, además de proporcionar placer, permite la eyaculación femenina. Sin embargo, aunque esos son los temas que surgen como principales, subyacen una gran cantidad de temas relacionados con el patriarcado, los cuerpos “normativos” y el control del placer femenino.
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El libro parte de la vivencia personal de Diana en torno a la eyaculación femenina: “El origen de la investigación es saber más sobre mi propio cuerpo. Empezó como una cuestión muy individual sobre mi propia eyaculación […] Pero varias cosas me hicieron querer saber más. Sentí que había una cuestión política detrás de tanto silenciamiento y de tantas mentiras”. Y así fue cómo decidió ponerse a investigar más a fondo el tema.
Y así también fue cómo, de ser una cuestión personal pasó a adquirir un enfoque político. Diana platica que, cuando ella eyaculaba realmente pensaba que se había orinado; esto, al principio le causaba pena y posteriormente lo asumió como una “rareza” suya en la que, cuando su orgasmo era muy fuerte, “se orinaba”. Luego empezó una investigación de campo y descubrió que a muchísimas mujeres les ocurría y pensaban exactamente lo mismo.
¿Por qué ese silencio tan normalizado respecto al hecho de que las mujeres tienen próstata y eyaculan? La negación del hecho es tal que, cuando inició su investigación documental, Diana no encontró nada al respecto en las bibliotecas. Para Torres, esto no es una casualidad o una omisión inocente, es parte del sistema patriarcal cuyo estandarte es controlar el cuerpo (el placer) de la mujer para controlar también su mente y sus acciones.
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Más aún, Torres es todavía más específica: es parte de un sistema patriarcal occidental y propiciado, primordialmente, por la religión católica; porque no en todas las culturas es así. De hecho, en su investigación encontró que en culturas orientales o que se acercan más al matriarcado que al patriarcado -como la hindú, la árabe o la china clásica- la eyaculación femenina no solo es normal, sino que hasta se considera algo sagrado.
Así pues, esta cultura occidental tiene una tendencia a negar el placer femenino, a ver a las mujeres como fábricas de hijos y a sus vaginas como receptáculos del semen que servirá a la reproducción. En este contexto, la naturalización de la eyaculación femenina abre las puertas a que las mujeres normalicen el placer sin otro fin más que el placer mismo. Y a eso justamente es a lo que apunta Pucha Potens: a reivindicar la vagina como instrumento de placer y no solo como instrumento de reproducción.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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