Nacida en Argentina y nacionalizada canadiense, Nela Río es capaz de sacar a relucir el erotismo y la sensualidad de todo lo que nos rodea.
Las caderas exageradamente simples
tan cerca de los ojos desnudos de las uvas
insinuando semillas oscuras en su transparencia.
Remolino de tallos apretando los granos
convirtiéndolos en perfecto racimo
acomodándose, tocando la ingenuidad de las peras.
Los higos de besos ambiguos,
blandos y húmedos dispuestos a abrirse
en su pulpa rosada como un pequeño grito.
La manzana estremecida de pecados antiguos
ofrece su redondez llena de sabiduría
y la papaya oculta vistosa los hilos dulces de sus jugos.
Olores apoyándose, mezclándose
murmurando alfombras de tangibles olores.
ávidos de encuentros.
En la quietud del marco la frutera de cristal abraza,
con aristas agudas y tiernas
como algas flotando en el mar caliente,
el misterio estremecido, su continente de deseos,
el destino de bocas de manos que las tocan
las oprimen las sopesan
las sorben o las muerden
con delicados dientes de pie desnudo.
Perturbadas de pasividad, las frutas
emergen inundan ruedan
tendidas imperiosamente
desangrándose en las semillas,
bultos entregados a bocas que laten.
Música atrevida
se acomoda en las pinturas, roza las paredes,
se desliza por la raya oscura
de la esquina
saborea la luz desvanecida
caída en los reflejos de los vasos,
lame los dedos que los levantan
y la bebe hasta el fondo.
Metida en los labios se deja
tararear.
Humedecida por la lengua
se pega al aliento
se despereza en la garganta,
allí, sedosa, la oscuridad la alude en los ecos
y se enrosca en las cuerdas subiendo y bajando,
frotándolas hasta que gimen su sonido.
Música atrevida, oliendo a café y medianoche
cosquilleando el estómago
penetra honduras cálidas que jadean al compás.
Todo adentro excita, crece,
se expande
quisiera brotar desde donde todos bailan
conscientes de temblores,
y al compás de sí misma, desdoblarse.
Música atrevida, llenándome
de esta pasión pasiva
anegándome
con presencia de riesgos silenciosos.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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