Un soñar con el pálido ramaje
y las llanuras donde cuaja el trigo,
un aspirar a soledad contigo
por los húmedos valles y el boscaje:
un buscar la región honda y salvaje,
un desear poseerte sin testigo,
un abrazado afán de estar conmigo
viendo tu faz en interior paisaje:
tal fue mi juventud más verdadera;
en el clima ideal de tu dulzura
maduró mi divina primavera:
y tuve mi esperanza tan segura,
como que en la hermosura pasajera
se me entregaba, intacta, Tu hermosura.
¡Dale sentido a tus sentidos!
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