Aunque estamos acostumbradas a referirnos a nuestra vagina como nuestros órganos sexuales pélvicos externos, o sea, lo que vemos, en realidad la vagina es la cavidad virtual, parte de nuestros órganos sexuales internos. ¿Por qué virtual?, porque en realidad siempre está ‘cerrada’, no es un hueco abierto. Pero, tiene la maravillosa capacidad para reaccionar a los estímulos sexuales u hormonales para dar espacio a un pene, a un juguete, mano, puño o la cabeza y cuerpo de un bebé como canal de parto.
Y, aunque no lo creas, esta maravilla de túnel rosa puede recibir su shineada ‘interna’. La forma natural es haciendo ejercicios de Kegel o contracciones, de ese modo la ayudas a recuperar su tono y fuerza por el paso del tiempo o los partos. Además, estos ejercicios ayudan a que, al fortalecerse, las contracciones resultantes del orgasmo sean más intensas y por lo tanto el clímax sea más intenso. ¿Tiene algún contra? No. Puros pros.
Pero en las manos de un cirujano, la vagina también puede recibir su dosis de estética artificial:
Consiste en reconstruir la membrana que estaba en el vestíbulo cuando una mujer era ‘virgen’. Pero, no olvidemos que muchas mujeres, incluso, nacen sin himen, otras lo tienen tan elástico que nunca se ha roto hasta el momento de un parto. Y hay tantas formas distintas que en realidad una himenoplastia es hacer ‘un cierre’ a algo que tal vez nunca estuvo cerrado.
¿Para qué?
Lo hacen muchas mujeres que buscan una falsa virginidad ya sea en un segundo matrimonio, como regalo, con cierto significado para su nueva pareja (como si el valor de una mujer radicara en su virginidad). También, esta intervención es aplicada a ciertas chicas en algunas culturas en las que se cree que un hombre puede notar la virginidad; aunque lo cierto es que físicamente ningún hombre puede constatarlo, basta una buena actuación por parte de la presunta virgen.
O bien, dichas chicas se sienten obligadas a sangrar para evitar que sus maridos (por no decir dueños) constaten su castidad, la hayan conservado o no. En ciertas culturas o grupos muy ortodoxos, las mujeres que no sangran en su noche de bodas, siguen siendo castigadas o socialmente rechazadas.
Los contras
Los costos (de $ 4,000 a $10, 000 pesos + anestesiólogo), los riesgos típicos del uso de anestesia local o general, le necesidad de un quirófano al menos ambulatorio, las molestias físicas, el tiempo de recuperación (una semana a dos) y, claro, el obvio dolor cuando se es ‘desvirginada’.
La zona anterior de la vagina, la zona G puede recibir shots de Restylane para abultarlo y crear mayor volumen interno.
¿Para qué?
Para que cuando el pene entre, se sienta más ‘apretadito’. No tiene beneficios sensitivos, es decir no aumenta la sensación de placer para la mujer.
Los contras
Prácticamente los mismos que en la himenoplastia y, aunque en este caso los rellenos pueden radicar en los $ 6,000 a $ 8, 000 pesos, se requiere anestesia (a menos que seas una verdadera guerrera del dolor) en una zona complicada, ya que te inyectan justo en la zona más sensible de las paredes vaginales.
Otra de las técnicas es a base de láser a través del cual se disminuye el diámetro interno y externo de la vagina y se remueve el exceso de mucosa vaginal.
¿Para qué?
Al tonificarla tiene la capacidad de sentir mayor fricción al ser penetrada. No aumenta la sensibilidad ya que no aumentan las terminales nerviosas (eso es imposible), pero sí la sensación de penetración.
Los contras
Costos, es la más cara, entre 18 y 30 mil pesos; encontrar un cirujano que tenga la suficiente experiencia en ello, hay pocos. Más el dolor y el tiempo de recuperación que es de casi un mes. El cirujano plástico Gerardo Manuell Lee, comenta: “Las cirugías de rejuvenecimiento genital no son muy recurrentes por lo que la comunidad de cirujanos plásticos en nuestro país no siempre cuenta con el know how superado”.
La vulva es lo que vemos, nuestros órganos sexuales externos, compuesta por monte pubiano o de Venus, los labios mayores, labios menores, clítoris, orificio uretral, vestíbulo vaginal y perineo.
Labioplastía reductora: modelar los labios menores para que se vean simétricos. En la labioplastía de aumento, se rellenan con grasa de la propia paciente los labios mayores para darles un aspecto más juvenil; también se pueden rellenar con ácido hialurónico.
Perinoplastia: se consigue mejorar la tonicidad del perineo y el aspecto de los labios menores.
Lipoplastía vulvar: consiste en sacar grasa del monte de venus y de los labios mayores para darle un aspecto general más joven a la vulva.
Aumento del clítoris: Ya sea como parte de cirugías de reasignación a transgéneros o por gusto, algunas mujeres se someten a uso de hormonas o rellenos en el clítoris para hacerlo más prominente o bien, lo circuncidan, o sea eliminan el glande o tejido que lo cubre para que luzca como un pene pequeño.
Como puedes ver, la vagina puede embellecerse, mejorar su aspecto y recuperar el tiempo pasado a través del quirófano PERO a un precio muy alto (en todos los aspectos), así que toma en cuenta todo lo mencionado anteriormente si es que lo estás considerando.
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