Sí, ya sabemos que el nombre es horrible y extrañísimo, pero el padecimiento es quizá de los más extendidos y comunes en el siglo XXI. Del griego: a – sin, nuptos – casamiento, fobia – miedo, la anuptafobia es el miedo excesivo a quedarse soltera para siempre. Como la mayoría de las fobias, puede llegar a grados irracionales que imposibiliten el funcionamiento adecuado de la persona, pero también puede tratarse.
Ahora, no creas que cualquier temor a quedarte sola ya te vuelve de inmediato anuptafóbica, no; de hecho, el temor a la soledad es algo muy común y completamente normal (sobre todo cuando pensamos en nuestra adultez y vejez), pero hay límites y hoy te ayudaremos a definir si realmente sufres de anuptafobia o solo padeces de episodios esporádicos de miedo a vivir sola. Checa la siguiente lista y, si te identificas con dos o más, pon manos a la obra y haz algo al respecto.
La verdad es que si piensas esto, no es del todo tu culpa; es culpa de todo nuestro entorno que desde pequeños nos ha inoculado la idea (a través de canciones, películas de Disney, telenovelas, etc.) de que el objetivo primordial en la vida es encontrar a “tu príncipe azul” para “ser felices por siempre”. Pero aunque eso no sea tu culpa, lo que haces y decides ahora que ya eres adulta sí es tu responsabilidad.
Así que, en tanto persona adulta, reflexiona sobre cuál es el objetivo general de tu vida, cuáles son los logros que quieres alcanzar y en dónde (o en quién) pones tu felicidad. Si las respuestas a todas esas interrogantes tienen que ver con encontrar a la pareja “ideal”, es posible que desarrolles o ya sufras de un miedo profundo a quedarte soltera. Y, claro, es lógico que si piensas que solo serás feliz en pareja, te dé pavor estar sola.
Voltea hacia atrás y recorre un poco tu pasado: si identificas que, desde que comenzaste tu vida sentimental, no has estado sin pareja por más de unos meses, hay un foco rojo que debe encenderse. Es verdad que todos buscamos el amor, pero en los anuptafóbicos esto se lleva al extremo: si cortan con alguien, se vuelven a emparejar casi de inmediato, a veces incluso sin estar muy convencidos de la elección de compañero.
Si tienes pareja estás bien, pero en el momento en que vislumbras la posibilidad de cortar o de que te corten sientes un hueco en el estómago y tienes la sensación (literal) de que te vas a morir, de que nunca más encontrarás a alguien para ti y que perecerás sola y triste en un asilo. Sí, suena exagerado, pero cuando sufres anuptafobia, esos pensamientos desmesurados y hasta ilógicos pueden llevarte a estados de pánico absoluto.
“¿Ir al cine sola? ¡Ni loca!” “¿Ir a un restaurante a comer sola? ¡Antes muerta!” ¿Alguna vez has pensado algo así? Pues hasta cierto punto es normal, pero una cosa es pensarlo y otra es que realmente no te atrevas a poner el pie en centro comercial si no vas acompañada porque “vas a parecer una forever alone”. La señal de alarma se intensifica mientras menos actividades cotidianas seas capaz de realizar tú sola: viajar, ir de compras, ir a reuniones familiares, etc.
Este es el rasgo definitivo. Hazte la siguiente pregunta y contéstala honestamente: ¿alguna vez has decidido quedarte con una pareja aunque ésta te humille o te ignore solo por no estar sola? Si respondiste afirmativamente, es importante que consideres tomar alguna terapia para trabajar este asunto; si respondiste “uyy, muchas veces”, entonces no es importante, es urgente que te trates antes de que caigas con una pareja manipuladora y no puedas salir de ahí.
Al final de todo, recuerda: lo primero que debes hacer para luchar con ese miedo profundo a la soledad o a la soltería es ocuparte de ti y plantearte objetivos personales (que no tengan nada que ver con una pareja) que te hagan sentir importante y satisfecha. Piensa qué cosas son las que más disfrutas de la vida – bailar, pintar, vender, etc. – y dedícale al menos dos horas diarias a eso; verás que la plenitud individual te ayudará muchísimo a lidiar con esta fobia.
¡Hazte Kinky!
Y una vez que superaste el miedo a la soledad, recuerda que Ser sexy es cuestión de actitud