Posiblemente nunca hayas oído hablar de esto (bueno, si lees Let’s Kinky sí), pero los hombres tienen algo conocido como el punto P; sí, así como el famoso punto G de las mujeres pero en los hombres. Se trata de una zona bien delimitada que, si se estimula de la manera correcta, puede llevarte al paraíso experimentando un orgasmo prostático, el cual es súper intenso y diferente al provocado por mera estimulación del pene.
Se le llama punto P ya que se trata del lugar en donde se ubica la próstata. El pequeño detalle, que para muchos hombres constituye un gran conflicto, es la localización de este punto, que es justo debajo de la vejiga; es decir, no puede ser estimulado de manera externa. Así es, uno de los mayores miedos del hombre heterosexual – que introduzcan algo en su ano – se junta con la promesa de un placer inigualable. ¿Te atreves?
Pues si ya decidiste deshacerte de los prejuicios heteronormativos y probar este tipo de estimulación, es probable que te dé pena iniciarte en esto pidiéndole a tu pareja que lo haga, así que una excelente opción es empezar con un estimulador de próstata, un juguete sexual que te permitirá experimentar tú solo. Si te gusta, puedes pasar a incluirlo en tu relación de pareja; y si no, simplemente no pasa nada.
Se trata de pequeños instrumentos de silicona muy parecidos a un vibrador, pero más pequeños y con una curvatura en el extremo; la idea es que la parte curva sea la que quede en contacto con la parte interna de la próstata. Al igual que cualquier vibrador, cuenta con un control remoto – ya sea alámbrico o inalámbrico – con el cual puedes probar diferentes niveles, velocidades y patrones de vibración.
Antes que nada, debes de saber exactamente dónde se encuentra el punto P. Para esto, lo mejor es que primero lo explores con tu dedo. Recuéstate y ponte mucho lubricante en tu dedo índice; introdúcelo en tu ano (tranquilo, estás solo y nadie te juzga) con la palma hacia el techo y flexiona tu dedo hacia arriba, como si quisieras tocar tu vientre por dentro, sentirás una protuberancia que, al empezar a estimular con tu dedo, te provocará una sensación muy placentera: ¡ese es tu punto P!
Una vez que lo tienes ubicado, entonces sí puedes darte vuelo con tu juguete; solo tienes que recordar varias cosas: uno, la curvatura del estimulador debe apuntar hacia tu abdomen; dos, el uso de lubricante es fundamental para que no te lastimes y puedas disfrutar la experiencia; tres, recuerda empezar con el nivel de vibración más bajo, pues la próstata es sumamente sensible; cuatro, no olvides que la orientación sexual no tiene nada que ver con si disfrutas o no de la estimulación prostática.
Finalmente, cuando se trata de juguetes sexuales, no olvides seguir todas nuestras recomendaciones para cuidar tu salud y mantener tu LoveToy en buen estado: limpieza, uso no compartido y empleo obligatorio de lubricante. ¿Ahora sí estás listo para descubrir nuevas dimensiones del placer?
¡Atrévete!
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