Aunque, obviamente, no se puede clasificar a las personas de forma tajante y absolutamente precisa; sí existen rasgos de carácter que pueden definir nuestra personalidad y nuestras relaciones. En ese sentido, es muy práctico saber con qué tipo de temperamento estamos tratando, sobre todo si se trata de nuestra pareja, pues eso nos permitirá reaccionar de mejor manera y entender mejor a la otra persona.
Por eso te presentamos algunos de los tipos de novia más comunes, para que identifique cuál es la tuya y conozcas sus virtudes y defectos. Quizá identifiques a tu chica con dos o hasta tres de las siguientes, es completamente normal pues el ser humano es complejo y no podemos meterlo en una sola categoría. ¿Listo para definir qué tipo de novia tienes?
A ella le gusta tener el control de todas las situaciones, desde la forma en que se hacen las cosas en la casa (cómo tender la cama, cómo lavar los trastes), hasta los lugares a los que irán y, en casos extremos, hasta necesitan saber dónde estás para sentirse seguras. La parte positiva de este tipo de novias es que suelen ser mujeres firmes y decididas, que no dudan a la hora de tomar decisiones; en este sentido, pueden hacer buena pareja con chicos indecisos o dudosos.
El lado negativo es que, si no saben controlar esta parte que necesita tener todo bajo control, se pueden volver novias muy mandonas y dominantes, que no le permitan decidir al otro y hasta pueden caer en actitudes posesivas. Así que si tu chica tiene tendencias controladoras, solo estáte pendiente de que no se vuelva una celópata que quiera controlar hasta tus llamadas telefónicas.
Suelen ser chicas románticas que desean pasar el mayor tiempo posible con su pareja. La parte positiva es que se entregan por completo a la relación y demuestran su amor ante todo y ante todos. Por otro lado, pueden ser un poco sentidas si sienten que no correspondes con la misma intensidad a sus muestras de cariño; si lo llevan a un extremo, pueden volverse el tipo de novia que hace panchos por cualquier cosa, aunque a ti te parezca una nimiedad. La clave aquí es ser empático y tratar de entenderla.
Son difíciles de manejar, pero algo es seguro: con ella no caerás en la rutina. Este tipo de novia puede estar un día súper cariñosa y al siguiente no querer ni que la toques. Lo peor que puedes hacer con ella es atribuirle sus cambios de humor a su periodo menstrual (¡detestan eso!); lo mejor es que cuando esté de malas le preguntes claramente qué puedes hacer para que se sienta mejor y que no te tomes de forma personal sus arrebatos.
Es la clásica novia que, desde el principio, te da un regalito porque cumplieron un mes (y así cada mes); te sentirás muy querido pues, en ocasiones, sin motivo alguno prepara una sorpresa. Con ella solo debes tener cuidado de acordarte de las fechas importantes y de corresponderla de vez en cuando con un detalle; de lo contrario, puedes provocar un drama terrible que no querrás vivir.
A ella no le importan tanto las fechas ni algunas de las cosas que otras mujeres consideran importantes (como que la presentes con la familia o le abras la puerta del carro); en ese sentido suele ser muy relajada pues es una mujer independiente, como las WHIP’s. Si tú también eres libre y relajado, se llevarán de maravilla; pero si quieres una novia que lo deje todo por ti y se muera si tú no estás, esta chica definitivamente no cumplirá con tus expectativas.
Es la clásica que te cuida cuando te enfermas y te da consejos para todo: para tus relaciones laborales, para tus problemas personales y hasta para tu salud sexual. Lo bueno de las novias maternales es que se preocupan genuinamente por ti y te lo demostrarán siempre, pero deben tener cuidado para que su relación no se convierta en una relación madre-hijo; deben tener siempre presente que, aunque te quiera cuidar, no es tu mamá.
¿Con qué opción identificaste a tu novia? Recuerda que ninguna es “buena” o “mala”, simplemente se trata de que, si la amas, aprendas a identificar sus debilidades para que las platiques con ella y aprendan a relacionarse mejor dentro de su individualidad.
¡Hazte Kinky!
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