Si estás orgulloso y agradecido del miembro que está entre tus piernas, entonces lo conoces perfectamente o tienes al menos una idea de la gran mayoría de cosas que debes y puedes hacer con él. Sabes sus ventajas, conoces sus gustos, sus puntos débiles, sus fortalezas, sus áreas favoritas y los lugares donde le encanta estar.
Sin embargo, lo más probable es que no te hayas puesto a pensar en la serie de cosas que definitivamente no van con él. Cosas que podrían parecer normales o cotidianas o acciones que prometen milagros que nunca van a suceder.
Y es que si estamos hablando de la parte masculina más sensible, hay que empezar a darle los cuidados que merece. Así que estas cinco cosas, elimínalas de tu vida para siempre y dale rienda suelta a su potencial.
Cuenta la leyenda que usar calzoncillos ajustados es malo para tu pene y tus testículos… y efectivamente, así es. Hacerlo puede causar cosas horribles como el desprendimiento de escroto o varicoceles (inflamación de las venas del interior del escroto). Así que para no jugar con fuego, opta por aquellos modelos slip que combinan la soltura y cierto ajuste que deje todo en su lugar y sin roces que lastimen y quiten sensibilidad sin que tú lo notes.
Todas las mañanas al despertar, tu pene está erecto y crees que empujándolo hacia algún lado esa incómoda erección se irá. Pequeño gran error. Hacerlo puede causar alguna lesión o desviar tus erecciones. Mejor deja de empujarlo y piensa en cosas que feas que te la quiten de forma rápida.
No importa si es con el supuesto fin de aumentar su tamaño, como lubricante o como remedio casero; no le untes cremas, ungüentos o lubricantes que no hayan sido elaborados específicamente para esa parte de tu cuerpo. O puedes hacerlo… si quieres sufrir de comezón, infecciones, quemaduras e irritación.
Sí, la higiene es importante para un pene saludable, pero lavarse mucho puede afectar directamente a la flora del pene. Los jabones que usamos habitualmente no son buenos para los glandes sensibles a la irritación. Tanto la piel del prepucio como la mucosa del glande pueden resecarse y cambiar la flora si hay un lavado excesivo con jabones que no son los adecuados. Dicho en otras palabras, puede ser la causa de una excesiva humedad o de una terrible resequedad.
Con un baño normal, retirando bien el prepucio y secando debidamente es suficiente para no sufrir ningún desajuste y tenerlo todo como se debe. Eso sí, sin dejar de lado la higiene para antes y después del sexo.
Técnicamente, no hay absolutamente nada malo en hacerlo, pero más vale hacerlo todo con cuidado. ¿La razón? Hacerlo con intensidad y a la velocidad de la luz puede traerte rozaduras e irritación de tanto frotar. No hagas esto a la hora de masturbarte y hazlo todo con calma, que no hay prisa.
Ahora lo sabes, tu pene no merece ciertos tratos injustos. No le hagas estas cosas y lo bueno empezará a llegar.
Cuídate y ¡Hazte Kinky!
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