Quizá hayas escuchado por ahí que hay algunos hombres a los que los pies los prenden muchísimo. Obviamente, hay niveles, desde aquellos que solo los consideran sexys y aprecian ver a su chica con unos sensuales tacones abiertos, hasta los que ya los ven como un fetiche y llegan incluso a la podofilia, que es el placer sexual provocado por la contemplación, manipulación e intervención de los pies en las relaciones eróticas.
Pero independientemente de si tu chico gusta particularmente de esto o no, hoy queremos proponerte que practiques algo que seguro le encantará, por el simple hecho de que cambiará su rutina y porque, ¿a qué hombre no le gusta que su chica lo masturbe? ¡Ahora imagínate la sorpresa que le darás si lo haces con tus pies!
Obviamente, ningún chico querrá que lo hagas con unos pies ásperos o, mucho menos, sucios; así que antes que otra cosa asegúrate de que estén limpios, frescos y huelan rico. Además, unos días antes, prepáralos con un buen pedicure para eliminar callitos o durezas; así te asegurarás de que estén suaves y bellos.
No vayas directo a ponerle los pies en el paquete. Recuerda que, aunque el prejuicio nos dice que a los hombres no les importa el foreplay, la realidad es distinta: sí les importa y mucho; así que bésalo, acarícialo, quítale la ropa poco a poco y ve bajando hacia su miembro… no le adelantes la sorpresa.
Como te podrás imaginar, la posición para masturbarlo con los pies no es la misma que la que adoptas para hacerlo con las manos. Nosotros te recomendamos la siguiente: colóquense sentados frente a frente, como en la postura del trapecio, pero sin tocarse, como a medio metro de distancia. Recárgate ligeramente hacia atrás sobre tus manos para que puedas levantar tus pies y que queden justo a la altura de su sexo.
Antes de empezar a manipular su miembro con tus pies, por favor: TOMA UN LUBRICANTE Y HAZTE SU MEJOR AMIGA. Puedes verter el lubricante directamente sobre él o sobre tus pies. Luego, empieza a estimular sutilmente los testículos y los alrededores del pene con los dedos de tus pies, en cuanto notes que su excitación aumenta, entonces puedes pasar al último punto.
La idea es que envuelvas su miembro con las plantas de tus pies como si éstas fueran tus manos y que realices movimientos hacia arriba y hacia abajo como cuando lo masturbas habitualmente. Solo ten cuidado con no presionar demás pues, como no solemos tener tanto control de nuestros pies, podrías de pronto apretar de más o descoordinarte un poco en los movimientos. Pero, como todo, ¡es cuestión de práctica!
¡Atrévete y Hazte Kinky!
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