Cuando se habla de orgasmos, casi siempre se escucha que para que una mujer alcance el clímax debe recibir estimulación directa del clítoris, y en la mayoría de los casos así es; pero la verdad es que, en tanto el placer es básicamente un proceso mental, es posible incluso alcanzar un orgasmo sin que te toquen, con la pura estimulación de la imaginación. ¿Entiendes ahora por qué puedes alcanzar el clímax solo estimulando tus pezones?
Recuerda que los pezones son zonas erógenas; es decir, cada pezón tiene cientos de terminaciones nerviosas, lo que los vuelve súper sensibles. Cuando tus pezones son estimulados, lanzan señales a la corteza sensorial genital; o sea, a la misma zona del cerebro que se enciende con la estimulación vaginal o de clítoris. Así pues, si sabes cómo hacerlo y lo practicas regularmente, sí es posible que llegues al clímax de esta forma.
Pero bueno, basta de teoría; seguramente ya quieres que te guiemos sobre cómo lo puedes lograr. A continuación te daremos algunos tips, pero recuerda que al final, toda mujer es distinta y a lo mejor tú requieres otro tipo de estimulación; sólo explórate y no te desesperes si no puedes a la primera o a la segunda, todo mejora con la práctica. También te recomendamos que primero practiques sola y ya después guíes a tu pareja.
1. Prepara el ambiente
Nunca vas a lograr un buen clímax si no te dispones para ello (incluso si estás con tu pareja). Si estás pensando en otras cosas o estás incómoda, va a ser muy complicado. Así que apaga las luces, pon unas velas y algo de música que te guste. Colócate en una posición cómoda en la que puedas concentrarte en la relajación y el placer. Finalmente, estimula tu imaginación pensando en fantasías sexuales o, si lo prefieres, poniendo una película erótica.
2. Elabora tu propio foreplay
Al igual que con cualquier encuentro sexual, no se trata de empezar directo con los pezones. Aunque te estés masturbando y aunque estemos trabajando específicamente con los pezones, también necesitas un foreplay para irte prendiendo: acaricia tu vientre, sube hacia las costillas y empieza a acariciar suavemente alrededor y entre tus senos. Aún no te toques los pezones, solo rodea la areola y deja que la excitación crezca.
3. Estimula tus pezones de forma variada
Ahora sí, pasa a los pezones. Empieza con roces sutiles y circulares y, conforme la excitación vaya aumentando, alterna diferentes estímulos: pellízcalos con diferente fuerza, gíralos ligeramente, jálalos, juega con ellos y ve descubriendo qué sensaciones son más placenteras para ti. No te limites a tus dedos, también puedes incluir aceites, saliva, pinzas o vibradores; el punto es que te concentres en disfrutar.
Recuerda que posiblemente no logres el orgasmo a la primera, pero no importa, pues el objetivo es el placer en todo su proceso; no te frustres, seguro si sigues practicando en algún momento lo conseguirás y, mejor aún, como aprenderás a conocerte mejor, sabrás transmitirle a tu pareja perfectamente qué te gusta y cómo te gusta.
¡Atrévete!
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