Aunque ya estemos en el siglo XXI y nos creamos muy open-minded, la realidad es que sigue habiendo prácticas sexuales que tienen una especie de mala reputación; la masturbación (especialmente la masturbación femenina) es una de ellas. Pero si eres un lector Kinky, entonces sabes que es parte natural de la sexualidad humana y que, cuando lo haces en pareja, puede darle más variedad y sabor a tu vida sexual.
Por eso, nosotros siempre hemos promovido -y lo seguiremos haciendo- la masturbación mutua como una de las mejores formas de ponerle más sal y pimienta a tu vida sexual y también de romper la rutina de los encuentros sexuales coitales. La masturbación en pareja no requiere que lleguen a la penetración y, sin embargo puede hacerlos descubrir sensaciones que no conocían; por eso, prueben estas posiciones para hacerlo juntos.
Colóquense acostados lado a lado viendo hacia el techo. Él cruzará su mano hacia ella para alcanzar sus genitales, y ella cruzará su mano por encima de la mano de su pareja para tomar su miembro y poder estimularlo. Esta posición es muy cómoda ya que ambos pueden alcanzar sin problemas la zona genital del otro, aunque una desventaja es que algunas parejas sienten un poco de distancia pues no es fácil verse a los ojos.
En comparación con la anterior, esta posición es preferida por aquellas parejas que gustan más de la intimidad y la cercanía, ya que los cuerpos están muy juntos y no se separan. Es importante que la mujer quede al frente y el hombre la abrace por detrás para que, de esta forma, él pueda tocarla cruzando el brazo hacia el frente y, al mismo tiempo, masturbarse con su miembro entre las nalgas de su compañera.
En esta posición no se tocan; de hecho, cada quien se masturba a sí mismo. Lo interesante entonces es el aspecto visual. Colóquense frente a frente (ella puede estar en la orilla de la cama y él parado frente a ella) y comiencen a tocarse; nunca dejen de observar al otro y disfruten de ver a su pareja dándose placer y acercándose al éxtasis, eso aumentará sus niveles de excitación hasta el tope.
Dado que la masturbación suele considerarse un acto solitario, suele haber un nivel de vergüenza a su alrededor; sin embargo, masturbarte con tu pareja puede realmente unirlos y puede llevarlos a una intimidad que transforme su relación de pareja. ¿Por qué? Porque este acto, junto al ser que amas, se convierte en un acto de profunda aceptación del otro: se dejan los juicios de lado y se ama al otro en todas sus dimensiones sexuales.
Además, como ya te comentamos antes, ayuda mucho para las parejas que llevan mucho tiempo juntas, ya que, al no requerir concretarse la penetración, lo puede hacer en la recámara, el baño, la cocina o prácticamente cualquier lugar. Pueden usar juguetes, lencería o accesorios Kinky. Esto, sin duda, les ayudará a mantener las cosas frescas en el aspecto sexual, lo cual es clave para toda relación de pareja.
¡Atrévete!
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