Sploshing: placer sexual con alimentos y bebidas

12 noviembre, 2018 3 mins de lectura
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¿Has oído hablar de esta tendencia en el sexo? Quizá no con este nombre, pero te aseguramos que sabes más o menos de qué se trata, y para comprobarlo te haremos otra pregunta: ¿Eres acaso de los que piensan que los dos más grandes placeres de la vida son la comida y el sexo? Si respondiste afirmativamente o si te interesó la pregunta, entonces esta nota es para ti, pues el sploshing satisfará tus más grandes gustos.

Sploshing es un término que surgió de una revista erótica británica llamada Splosh!, en la cual era común ver imágenes eróticas de personas embarradas sensualmente en cualquier tipo de sustancia líquida. A partir de esa idea, hoy en día se usa el término para describir una práctica sexual que implica cubrir el cuerpo de la pareja y/o el propio con sustancias -normalmente alimentos- húmedas y resbalosas. 

Como puedes darte cuenta, esto no se trata realmente de algo nuevo, lo que es nuevo es el nombre con el que ahora se le llama; pero la idea de untar alimentos o sustancias en el momento del sexo para dar la impresión de algo “sucio” tiene muchísimos años; de hecho desde hace algún tiempo se le conoce también como Wet And Messy Fetishism (fetichismo húmedo y desordenado) por el hecho de que los cuerpos se humedecen y se ensucian.

¿Cómo hacerlo?

Sploshing

Las sustancias que se usan más comúnmente en esta práctica son alimentos como crema batida, chocolate líquido, natillas o postres “untables”, pasteles y algunas bebidas; pero si ya son más atrevidos, también se pueden animar con otras cosas como lodo, aceites o hasta pintura. Obviamente, hay que tener ciertas precauciones a la hora de la penetración, pues si algo de esto entra en los genitales, puede causar una infección.

Las personas que se excitan sexualmente con esta práctica lo hacen al ver a su pareja ensuciarse o al sentir que estas sustancias ensucian su propia piel. Esto tiene algo que ver con la idea de “sexo sucio”, con algunas ideas hasta inconscientes que nos recuerdan un sexo incivilizado, casi casi como entre animales que se revuelcan en el lodo mientras lo hacen… y aunque suene intenso, ¡no tiene nada de malo! Al contrario, son impulsos muy naturales en el ser humano.

Así que, dénse chance de intentarlo, quizá descubran una nueva forma de disfrutar su sexualidad. Solo les recomendamos que, sea cual sea la sustancia que elijan untarse, escojan un lugar fácil de limpiar posteriormente, para que un maravilloso encuentro erótico no se convierta después en la pesadilla de “tengo que limpiar los sillones” o “mis sábanas de seda se han arruinado para siempre”.

¡Atrévanse!

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