Todos hemos sentido celos alguna vez, todos hemos experimentado esa quemazón interna que parece subir desde el estómago hasta la cabeza y que nos nubla el pensamiento, la boca del estómago duele y sientes que vas a estallar en un grito desesperado: “¡¿Qué te crees que soy #/&%$?! ¡¿Que no me doy cuenta de las cosas?!”. Admitámoslo, todos hemos cedido en algún momento a esa furia desatada por los celos.
Ahora bien, si lo anterior te ha pasado en contadas ocasiones en tu vida, no te preocupes, eres humano y reaccionas como tal; pero si te has visto o si te ves en esta situación con mucha frecuencia, es momento de hacer algo al respecto, pues los celos generan reproches, ansiedad, depresión, desconfianza… y no sólo pueden destruir tu relación, sino a ti mismo.
A continuación te daremos algunos consejos que, aplicados con constancia, te pueden ayudar a bajarle a la intensidad y frecuencia de tus ataques de celos. Eso sí, si notas que nada de esto te ayuda, es posible que tengas un problema real de celopatía y que debas acudir a un psicólogo para mejorar tu estado mental y que puedas vivir con mayor tranquilidad.
Cuando sientas que los celos llegan y la ira se aproxima, tómate unos minutos para calmarte: siéntate, respira profundo y comienza a reflexionar – lo más objetivamente posible – sobre las razones de tus celos. Pregúntate: “¿está justificado realmente mi sentimiento o estoy asumiendo e inventando cosas que no me constan? ¿Realmente mi pareja está actuando mal o sólo estoy proyectando traumas pasados en ella?”
Esto último es muy común: proyectar experiencias pasadas en nuestra pareja actual; por ejemplo, si tu ex te engañó con su mejor amigo(a) y ahora te la vives celando a tu pareja cuando sale con sus amigos, es muy probable que sólo estés cargándole muertitos que no le corresponden. Ahora, si consideras que realmente está justificado tu sentimiento, entonces platícalo con tu pareja manteniendo siempre la calma y la compostura, habla pero también déjalo(a) hablar.
Si todo tu mundo y todas tus actividades giran en torno a tu pareja, es mucho más probable que te asalten los celos, ¿por qué? Porque si no está el otro entonces tú no tienes nada qué hacer ni nada que construir, por lo tanto, la necesidad de sentir que posees a tu pareja se hará más fuerte. Olvídate ya de frases como “¿qué sería de mí sin ti?” o “sin ti no soy nada”; construye un “yo” independiente de tu pareja y así entenderás mejor su “yo” independiente de ti.
Esto es básico en todos los aspectos de una relación, pero en este caso mucho más. Entabla una comunicación abierta y honesta con tu pareja, y no dejen de lado las muestras constantes de afecto. Detalles como comer juntos mientras platican de su día, darse siempre un beso de buenas noches, y decirle al otro tanto lo que te molesta como lo que te encanta, crearán un sentimiento de confianza y tranquilidad que alejará los celos de su cotidiano.
Es muy fácil decirlo, pero bastante difícil de hacer. Se trata de intentar ponerte en el lugar del otro; cuando identifiques que posiblemente estés exagerando o que no tienes toda la seguridad de que el otro te esté engañando, piensa qué sentirías tú si recibieras acusaciones falsas (y encima con gritos y sombrerazos) cuando tú no estás haciendo nada malo, ¿te gustaría? Pues recuerda: ¡no hagas lo que no quieras que te hagan!
Puedes invadir la intimidad de tu pareja de muchas formas: revisando su celular, checando su computadora, esculcando en sus cajones o en su clóset… Cualquiera de estas acciones revela una profunda falta de respeto por el otro y fomenta irracionalmente tus celos. Puede que tu pareja no te esté engañando, pero recuerda el dicho: “El que busca, encuentra”; así que si no quieres encontrar algo que te moleste (no forzosamente un engaño), ¡no te metas con sus cosas!
Esto tiene que quedarte muy claro: en contra de lo que muchos hombres y mujeres piensan, los celos NO son muestra de amor; ésa es una falacia con que las personas celosas se justifican. El verdadero amor es dejar al otro ser, actuar y realizarse; el verdadero amor es no controlar; el otro no te pertenece, decide estar contigo con toda su voluntad y la mejor manera de demostrar que se aman es permitiéndose ser libres.
Bien. Este es el punto más importante… y también el más difícil de lograr. Todos los psicólogos coinciden en que la causa primera de los celos es la inseguridad propia, la baja autoestima y el sentimiento de insuficiencia. Por supuesto, si no estás convencido(a) de que eres suficiente, que eres un partidazo y que es una fortuna estar contigo; entonces todos y todas serán una amenaza para ti, creerás que cualquiera merece a tu pareja más de lo que tú la mereces. Así de simple: si no trabajas en mejorar tu autoestima, los celos se convertirán, aunque no lo quieras, en un enemigo íntimo.
No te esperes a que tu relación esté en un punto crítico para hacer algo con tus celos; si identificas – honestamente – que puedes tener un problema con ello, empieza a aplicar nuestros consejos hoy mismo, puedes salvar tu relación. Y recuerda que ser Kinky es ser libre y autosuficiente; si tú quieres serlo, permite también que tu pareja lo sea. ¡Hazte Kinky!
¿Quieres saber si tienes un problema con los celos? ¡Lee este artículo!