Si fuiste de las aficionadas a la serie televisiva Californication seguro recordarás el episodio “The Devil’s Threesome” en el que Laura moja el rostro de Charlie. Pues eso fue, nada más y nada menos, que un squirt (en español significa chorro o chisguete), es decir, una eyaculación femenina.
A diferencia de los hombres, las mujeres tienen dos tipos de eyaculación:
La que pasa inadvertida por ser una pequeña cantidad de líquido blanco traslucido.
El squirt, que es la emisión involuntaria de orina con una contribución de secreciones vaginales y que debido a la excitación, es expulsada por el esfuerzo pélvico de las contracciones durante el orgasmo.
Cabe destacar que la emisión del squirt no es igual para todas las mujeres, ya que mucho todo depende del tamaño de las glándulas de Skenne que posee cada una y en función de esa característica, será la cantidad de líquido generado y expulsado.
Esto significa que debes conocer a fondo tus reacciones y sensaciones, lo que te permitirá tener más confianza en ti misma para experimentar lo que te da placer.
Ayuda a tu cuerpo durante tu proceso de reconocimiento. Estimula tu clítoris por fuera hasta que se tenga una erección (notarás una ligera dureza) y explora el famoso “Punto G” (para llegar a este punto debe haber una penetración con el dedo anular y cordial)
Mueve tus dedos de atrás y hacia delante como si llamaras a alguien, variando la intensidad de los movimientos. Si sientes ganas de ir al baño, ¡no pares! Vas por buen camino.
Explora con tu cuerpo y no te presiones, recuerda que se necesita un poco de práctica y mucha excitación para experimentar un squirt.