A veces creemos que los “occidentales” somos los más avanzado y progresistas en todo, pero en realidad pocas veces vemos más allá de nuestras narices. Y para muestra el siguiente testimonio de un hombre de 68 años de Ruanda: “El sexo es para la mujer. El hombre tiene que complacerla y poner su cuerpo en cierto estado. Su placer es lo más importante”. Pocos se imaginarían a un hombre africano de más de 60 diciendo esto.
Pero resulta que Ruanda es un país excepcional en cuanto a políticas de género se refiere: tiene más parlamentarias que ningún otro país en el mundo, una de las tasas más altas de participación laboral femenina y ha aprobado leyes que otorgan igualdad de derechos a la mujer. Por supuesto, el tema del sexo no es una excepción: en Ruanda, el placer femenino es la prioridad y de ahí nos llega la técnica sexual de la que hablaremos.
Se trata de una técnica sexual que suelen practicar en varios países de África central y que pone a la mujer en el centro del encuentro; o sea, es una técnica para proporcionar placer y orgasmos a la mujer. Obviamente, no significa que el hombre no disfrute, pero el foco está en lograr que la mujer disfrute lo más posible. El doctor ruandés Nsekuye Bizimana, se ha dedicado a estudiar esta técnica y sus ventajas para la sexualidad.
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El principio básico es muy simple y se ha transmitido de boca en boca en los países de África central durante al menos 150 años. El hombre toma su pene y con la cabeza del mismo da golpecitos externos sobre el clítoris, los labios y la abertura vaginal de la mujer. Puede variar el golpeteo rítmico en movimientos circulares o de zigzag, sobre la vulva o alrededor de la misma; también puede incluir frotamientos sin llegar a penetrar.
Es muy importante que haya mucha lubricación desde el principio, de lo contrario, el golpeteo (también conocido como tapping) puede ser molesto o hasta doloroso. Recuerda que la lubricación vuelve todo más disfrutable, así que incluso si la mujer está bien lubricada les recomendamos echarle más sabor y deslice con algún lubricante extra.
Obviamente, la mujer también puede tomar un papel activo. A veces el movimiento del tapping puede ser cansado, así que si después de un rato la muñeca del hombre se cansa, la mujer puede agarrar el pene y hacerse cargo del golpeteo por un rato, en lo que él descansa y estimula otras zonas. Muchas mujeres también ayudan manteniendo abiertos sus labios para intensificar la sensación.
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Como te darás cuenta, la idea primordial del Kunyaza no tiene que ver con la penetración, pero si sienten que ya no pueden más, existe también una versión más avanzada de la técnica ya con el pene dentro de la vagina: el hombre lo agarra de la base y comienza a moverlo de lado a lado o en círculos para estimular la vagina por dentro. Puede variar esto con el tradicional entrar y salir.
Según el doctor Bizimana y según testimonios de mujeres que han experimentado esta técnica, todo este golpeteo y meneo del pene como parte de la estimulación externa, se supone que tiene efectos maravillosos en las mujeres y logra llevarlas a un nivel súper intenso de excitación, lo cual facilita tanto los orgasmos múltiples como la eyaculación femenina o squirting. La verdad es que suena muy interesante ¿no? Así que, lectores Kinky, no queda otra que probarlo a la brevedad.
¡Atrévete!
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