No es una sorpresa que durante los últimos días, la contaminación en la Ciudad de México es perceptible desde cualquier punto. Desde hace unas semanas, se han producido una serie de incendios a lo largo de la República Mexicana incluyendo la capital y zonas aledañas al área metropolitana.
El intenso fuego ha quemado muchas cosas a su paso pero, lo más grave, es que ha liberado gases tóxicos en el aire. Gracias a esta situación, la CDMX ha declarado un estado de contingencia ambiental y ya se dieron a conocer diversas medidas que la población debe acatar para evitar problemas respiratorios y otras enfermedades.
Sin embargo, la contaminación también afecta otros aspectos de la vida de una persona, entre los cuales se incluyen factores relacionados a la vida sexual humana. Y esto no es algo nuevo ni surgió por los incendios. Las investigaciones que buscan probar cómo afecta la mala calidad del aire la sexualidad de las personas, iniciaron desde hace décadas y han arrojado resultados alarmantes. Sigue leyendo si quieres saber más.
La proliferación y el desarrollo de los sectores industriales, ha logrado que los seres humanos vivan y respiren constantemente aire contaminado por plásticos, metales pesados, combustibles y otros químicos que resultan nocivos para la salud. Además, estas sustancias también se encuentran en el agua del planeta. Es decir, las especies que habitan en ríos, lagos, océanos y demás cuerpos acuáticos, también están expuestas a dicha polución.
Theo Colborn, una farmacéutica y zoóloga estadounidense, realizó una investigación para una organización llamada World Wildlife Fund (WWF). Ésta consistía en determinar el nivel de contaminación de los Grandes Lagos y cómo se veían afectadas las especies en esa área. En este estudio se dio cuenta que más de 16 especies que se alimentaban de los peces de los lagos, tenían problemas de reproducción.
The Journal of Sexual Medicine publicó un estudio que demuestra que estas sustancias tóxicas presentes en el agua y en el aire, funcionan como disruptores endocrinos. Es decir, alteran las hormonas del cuerpo humano y a los órganos que son dependientes de mantener un equilibrio hormonal. Esto causa graves consecuencias sobre la sexualidad humana, entre las cuales destacan:
1. Problemas hormonales. Se ven alterados órganos como la tiroides (que controla el metabolismo) y se producen enfermedades como el Síndrome de Ovario Poliquístico. Las mujeres sufren más estos efectos que los hombres, ya que el proceso hormonal es más complicado en las chicas.
2. Problemas de fertilidad. La contaminación provoca que los hombres generen una menor cantidad de espermatozoides. Además, los que llegan a producir no son de buena calidad y pueden no ser óptimos para lograr la fecundación. Sin embargo, estas sustancias pueden causar infertilidad en ambos sexos.
3. Disfunción eréctil. Otro estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine, ha demostrado que los gases liberados por el combustible de los vehículos causa dificultad para mantener una erección firme. Aunque primero se experimentó con ratas, se ha comprobado que la disfunción eréctil también sucede con los hombres expuestos a esta contaminación.
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4. Problemas en el embarazo. La mala calidad del aire puede afectar a las mujeres embarazadas y a sus fetos en varios niveles. Durante el periodo de gestación, la salud de una mujer debe cuidarse más, y con la contingencia ambiental se vuelve más propensa a enfermedades. Además, las complicaciones pueden agravarse y el feto podría tener problemas en su desarrollo o nacer de manera prematura.
5. Problemas con el deseo sexual. Los disruptores endocrinos también afectan la libido y las hormonas relacionadas con la sexualidad, como la testosterona. Por esta razón, se presenta una disminución en el deseo sexual de las personas e incluso pueden presentar síntomas de estrés, ansiedad o depresión gracias a que los neurotransmisores que liberas durante el sexo, no están presentes.
Un dato curioso es que algunos disruptores endocrinos están presentes en objetos que se usan en la vida cotidiana: cosméticos, insecticidas, pesticidas, productos de limpieza, medicamentos (como los anticonceptivos) e incluso la ropa. En este caso, depende de las grandes industrias dejar de usar estas sustancias nocivas. Sin embargo, hay medidas que puedes tomar de manera individual para cuidarte de los efectos de la contaminación sobre tu vida sexual.
Aunque es estado de contingencia ambiental pasará en algún momento, la contaminación ya es algo con lo que convivimos diariamente. Puedes empezar por reducir tu uso y tus emisiones de sustancias tóxicas de manera individual y tomar las medidas necesarias para que te afecte lo menos posible. Si cada quien aporta un poco, podemos mejorar la calidad del aire y el agua. ¡Ten conciencia ambiental para tener mejor sexo!
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