En Let’s Kinky siempre lo hemos dicho: cada quien su kink, cada quien sus fetiches y preferencias respecto a prácticas sexuales; mientras todos los involucrados en la práctica estén en consentimiento y no se afecte a nadie externo, bienvenidas sean las prácticas alternativas que nos permitan experimentar el placer desde perspectivas a veces prohibidas pero que pueden resultar muy satisfactorias para ciertas personas.
Hoy te hablaremos de una práctica que ha sido muy polémica y que, por lo mismo, suele ser clasificada más como perversión que como fetiche: se trata del gusto por tener sexo en lugares públicos. La razón de la polémica es que, dependiendo de cómo lo veamos, puede rebasar ciertos límites de respeto al otro que ya no son Kinky. Entonces, lo primero que hay que hacer es establecer qué buscan los que se sienten atraídos por esta práctica.
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La primera posibilidad se relaciona directamente con el exhibicionismo: hay personas que buscan tener sexo en lugares públicos porque su excitación depende de que los vean personas desconocidas; es decir, este sector no buscará esconderse sino que lo hará en el lugar y momento indicado para cumplir con su propósito previo de ser visto. Este sector es el que consideramos que no entra en el contexto de prácticas Kinky. ¿Por qué?
Sencillo. Porque este primer sector no cumple con una de nuestras reglas básicas de práctica Kinky: el hecho de no afectar a terceros; este sector está cruzando el límite del respeto al otro, ya que, aunque el sexo cada vez sea menos tabú, lo cierto es que sigue siendo una práctica primordialmente privada y -a menos que haya un acuerdo entre exhibicionista y voyerista) no tengo por qué obligar a nadie a ser testigo de algo que no quiere.
La segunda posibilidad es mucho más Kinky pues aborda el tema del placer desde la adrenalina que provoca el riesgo de ser cachados. Este sector sí busca esconderse; es decir, no lo hará en medio de un parque a plena luz del día, quizá lo haga al anochecer, en un espacio abierto pero escondidito o en un coche, de forma que exista la adrenalina de no estar en un lugar cerrado y que la excitación aumente con la posibilidad de que, casualmente, alguien los vea.
Ahora bien, aunque creemos que la segunda posibilidad tiene un lado muy Kinky que puede ponerle mucha emoción y picante a tu relación, es importante que, si quieres animarte a intentarlo (en tu coche o en cualquier espacio público) conozcas las implicaciones de tipo legal que existen si los llega a cachar la autoridad o si alguien los reporta con la misma; esto para que no les vayan a ver la cara.
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En México no existe ningún reglamento, código o ley que regule específicamente las relaciones sexuales en vía pública; esto, en un país como el nuestro, en vez de ser positivo se vuelve una laguna jurídica que es aprovechada por la mayoría de policías para extorsionarte y tratar de sacarte una buena lana. Por lo tanto, ten muy en claro que NO te pueden detener ni infraccionar por esto, pues no está constituído como delito.
Tampoco deberían argumentar “faltas a la moral” pues como lo explica el abogado Francisco Ramírez: “La Ley de Cultura Cívica no contempla en ninguno de sus artículos esta falta como tal. El término “faltas a la moral” es una aberración que en la ley no existe”. Así que ya lo sabes, si es algo que te gustaría probar, y mientras no afectes a terceros haciéndolos sentir mal o incómodos, pláticalo con tu pareja y:
¡Atrévete!
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